● Cap 26

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La lluvia comenzaba a caer, mojando todo a su alrededor; calles, parques, autos, mujeres, niños, hombres, animales, todo lo que estuviera a su alcance.

Hay personas que sonríen y se sienten felices, otros hallan tranquilidad, recuerdos a su memoria comienzan a llegar al oír y sentir la brisa fría de la lluvia, hay muchos también que la pasan mal, perros y gatos callejeros se escoden para protegerse del frío y algún pobre vagabundo lleno de soledad solo se soba las manos para poder conseguir algo de calor.

La noche va cayendo, el sol ya casi no está, las nubes oscuras junto a la luna y las estrellas son quienes se adueñan del gran cielo, que lastimosamente no dará un lindo lienzo brillante si no que más bien todo será oscuridad.

Las lágrimas de Rosé caen a la par de las gotas que resbalan por la ventana de aquella habitación a oscuras.

Sus manos ya no estaban atadas, tampoco sus labios estaban cellado por la cinta, ahora solo estaba llorando.

Sentía miedo, mucho miedo, estaba temblando, no sabía si era por el frío o lo muy nerviosa y asustada que estaba.

Da un largo suspiro para tranquilizarse haciendo que su cuerpo se llene de espasmos.

Piensa en Jennie. ¿Así se habría sentido ella?

Parecía irreal, pero al tocarse los labios y la megilla hinchadas todo resultaba ser verdad.

Hace unas hora atrás se encontraba feliz, iba caminando por los pasillos con una gran sonrisa y es que encontró el cuadernillo de Jisoo, ese que guardaba hasta el final de su casillero, lo había visto tirado en uno de los asientos del patio principal.

No quería verse entrometida ni chismosa, pero la curiosidad le ganó por lo que se decidió ver el contenido.

Había muchas anotaciones, por lo que Leía; todas investigaciones, pero al llegar casi al final encontró una foto, específicamente era ella la protagonista de ese espacio todo bien decorado en toda la hoja.

Le pareció lindo, había un pequeño escrito que decía: "No se que hacer con esto que siento"

Eso le daba mucho que pensar, de alguna manera le gusto, sus megillas se tornaron rosadas y una bonita sonrisa surgió.

No quería sacar conclusiones fuera de lugar pero sus pensamientos no se detenían.

¿Kim Jisoo, gustaba de ella?, eso nunca se lo espero.

Guarda el cuaderno en su mochila, después de eso solo se digno a regresar a casa, solo quería llegar a tomar una ducha y descansar.

Tomo un taxi, decidió bajarse un par de cuadras atrás en una tienda de conveniencia para comprar algunos dulces, no estaba segura de lo que sentía, pero a Rosé, Jisoo le parecía muy linda, a pesar de ser alguien fría, también era divertida y graciosa cuando se lo proponía, quizá esperar algo de Irene hacia ella, era peor que nada.

No le hacía bien, después de unos días decidió simplemente que era mejor que le dejara de importar, Irene aún seguía detrás de esa omega; Mina.

Compro algunas cosas y salio de aquella tienda, se abrazo así misma por el frio aire que choco contra su cuerpo, alborotado sus rubios cabellos.

Camino en silencio toda una cuadra ensimismada en sus pensamientos, que no noto que alguien venía tras ella.

La tumbo al suelo tapándole la cara con una toalla blanca, intento liberarse pataleo y se arrastro para solo poder correr unos cuantos pasos, estuvo apunto de gritar con todas sus fuerzas, cuando volvió a ser sujetada, hizo lo que pudo, empezó a desprender su aroma, para que almenos quedara algún tipo de rastro.

Días de lluvia  || Jenlisa || ⁰¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora