● Cap 15

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Eran ya las siete de la noche del domingo. Rosé llevaba dos cajas al ático, lo más seguro es que las dejara y se olvidaran con el tiempo de todo lo que guardaban en ese polvoriento lugar.

Mientras caminaba, se percató de una pequeña pelota que se había estacionado en medio del pasillo. Planeó esquivarla, mas las cajas que llevaba hicieron que lo poco de su visión no jugara a su favor.

Estuvo a punto de caer con las cajas encima, pero se salvó gracias a la persona que estaba atrás suyo.

Supo que era Jisoo al sentir tan cerca su aroma a manzana y canela. La alfa la sostuvo por sus dos hombros para evitar que cayera de espaldas.

- Deberían tener más cuidado con los juguetes de tu gato - menciona Jisoo empujando suave a Rosé para que pudiera pararse mejor.

Sí, ahora tenían un gato de dos meses y medio, lo llamaron Lego. Lo habían adoptado poco después de que sus padres llegaran.

- Oh sí, gracias - dice Rosé con las mejillas sonrosadas.

- ¿Puedo? - dice la alfa, apuntando las cajas.

- Las llevaba al ático - dice, entregándole las dos cajas.

Jisoo las sostiene con sus dos manos y comienza a caminar a su lado.

- ¿Qué son? - se atreve a preguntar ante el silencio de la omega.

- Son cosas viejas que encontré cuando limpiaba las habitaciones de huéspedes - sonríe - Hay libros, juguetes y algunas fotografías.

- ¿De cuando eras niña?

- Sí, mías y de Jennie.

Se paran al final del pasillo y Rosé alza su brazo derecho para poder bajar las escaleras. Jisoo sube y la rubia va atrás de ella.

Rosé deja la caja en el suelo y va a una esquina de la habitación para prender la luz.

Ya había pasado dos semanas desde que había llegado a casa de los Kim. La familia era muy acogedora, sobre todo los mayores; ahora que sus vacaciones habían terminado volvieron a su misma rutina, la de ir a trabajar todos los días.

Cuando la semana comenzó, iniciaron sus clases en la universidad. Todo iba bien, conoció a Yoo Jeongyeon, un alfa que era parte del equipo de básquet, con quien compartía muchas clases. Incluso una vez fue a verla entrenar.

En uno de los entrenamientos vio a Jennie. Le dio mucha intriga el porqué de su presencia, pero sobre todo al verla irse con Lalisa Manobal, definitivamente eso no se lo esperaba.

- Déjalas al lado de la ventana - escucha la voz de la omega rompiendo sus pensamientos.

Jisoo asiente y hace lo que le pide Rosé.

- Tienen muchas cosas acá - dice observando las cajas apiladas, un colchón viejo con muchas almohadas y sábanas encima en una de las esquinas, peluches muy grandes a los costados, sillones y algunas mesas pequeñas.

- Sí. Antes este lugar era otra habitación más de la casa, veníamos Jennie y yo a leer libros o a ver películas, hacíamos pijamadas - mira el televisor que estaba tapado por una sábana al lado de una mesa y suspira - Eso fue hace mucho.

- Este lugar contiene muchos recuerdos entonces - mira a Rosé, quien sonríe.

Su relación con las hermanas Kim había mejorado. Jennie no hablaba mucho con ella, hasta parecía que le incomodaba su presencia. Rosé era alguien más extrovertida, hacía lo mejor que podía para hacerla sentir siempre incluida.

- Sí - mira la caja celeste cerca del pie de Jisoo y bufa - Bajaré a la cocina ¿Vienes?

- Porsupuesto - dice mientras Rosé comienza a bajar las escaleras.

Días de lluvia  || Jenlisa || ⁰¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora