Su pecho se estaba volviendo mi lugar seguro, pues podía pasármela aquí durante horas y horas descansando, y sabía que él no se negaría a ello, también parecía gustarle el hecho de tenerme cerca, y lo dejaba en claro cuando pegaba su cuerpo al mío. Sus manos acariciaban mi cabello mientras podía verse el reflejo de la luz de la luna entrar por la ventana, no podíamos dormir, pero el estar ahí juntitos sin decir nada era bonito.
Hyunjin roncaba en el piso mientras su cuerpo era cubierto por una cobija de pies a cabeza. Jisung por otra parte estaba casi encima del cuerpo de Hyunjin con la manta por sus pies mientras su brazo cubría sus ojos.
Era bueno tenerlos ahí, a los tres.
— Háblame de esos vatos cara de cola que tanto te gustan. —Lo miré con ofensa para después mostrarle la lengua.
— Cara de cola la tuya, mi vida. —Besé su boquita y después le sonreí aún con mi cuerpo arriba suyo. —No es mi culpa que ellos sean extremadamente hermosos que mis ojos no puedan dejar de verlos.
—Ya pues. Háblame de ese jonjun.
—¿Jonjun? Es Yeonjun.
—¡Es la misma!
—¡Cuando me hables de Duki también te voy a decir que es la misma! —Rodó los ojos pero esa sonrisa boba no se fue de sus labios. —Bueno, es muy lindo y sus ojitos rasgados hacen que mi corazón haga boom, boom muy rápido, aparte de que su carita y su sonrisa es realmente bella y, y, y, – —Apreté su mejilla cuando su mandíbula comenzó a endurecerse. —No seas tonto, Yeonjun es mi sueño prohibido pero tú eres el más bonito.
—¿Cómo verga le haces para rimar? —Puse los ojos en blanco y me aguanté las ganas de pegarle.
—Baboso, ya no te diré cosas lindas. —Escondí mi cabeza en su cuello y no deje que se moviera. Que no quisiera hablarle no quería decir que tenía que hacerlo a un lado.
—Bonito, si yo te amo.
—Yo no dije que no, viejo suato.
Cambió de posición y ahora mi hombro derecho estaba recostado en la cama con mis piernas en medio de las suyas. Sus manos puestas en mi espalda mientras las mías estaban en sus mejillas dando caricias me estaban causando que mis ojos se cerrarán. Pero la risa que brotó de mí no pasó desapercibida por más que intenté no causar tanto ruido para no despertar a los mensos que seguían roncando en el piso.
Pero no podía prohibirme hacerle saber que disfrutaba de esto. De su cercanía, de sus besos y sus palabras tontas.
—¿Te había dicho lo mucho que me gustas? —Susurró con esa voz ronca que tanto me gustaba, con sus ojos brillando en ese cuarto poco oscuro. —Porque todo de ti me vuelve loco.
—Pienso, que a ti no te gusta decir que estas enamorado por más que ya lo estés. —Acerqué más mi rostro al suyo rozando nuestros labios. —Pero a mí ya no me importa decirlo, no me está importando nada en este mismo momento. Porque me siento un tonto enamorado de ti.
Corté la distancia sin dejarlo responder. No quería que dijera algo que ya sabía, no lo necesitaba, no lo necesitaba en este momento más que tenerlo ahí aferrado a mi cuerpo.
Disfrute de su labio inferior todo lo que quise, al igual que él hizo lo mismo con los míos. Mordió y chupo sin piedad, quise más, pero no sería lo correcto en un momento como este.
Se separó pero no dejó de verme con la ilusión reflejada en su mirada, completamente atrayente y con poder.
Era él. Ese adolescente estúpido e idiota que me ponía feliz y me besaba con amor.
—¡Oh, como me cae gorda la gente como ustedes! Viejos pendejos, estúpidos, cavilosos, ¿Qué ven que ya está oscurito? ¡Vayan a coger a otro cuarto, cochinos!
Reí mientras escondía mi cara roja en el cuello de Chan, la vergüenza me consumió al igual que las ganas de que me volviera a besar sólo para molestar a Hyunjin un poco más.
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𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒆𝒍 𝒄𝒉𝒊𝒄𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒋𝒂𝒎𝒂́𝒔 𝒎𝒆 𝒂𝒎𝒐́ ⎯ minsung / bangho
RomanceLos resultados de un gusto que crees pasajero no siempre terminan siendo buenos. A veces creemos que callar es mejor que decir lo que de verdad sucede por miedo a arruinar todo en lugar de ver el lado positivo de las cosas. Cosas buenas como malas...