22 ! somos el 'son' de una canción

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—Entonces...

—Sí...

—Mhm, ¿Y qué piensas hacer?

—¿Tengo que hacer algo? —Él me miró con obviedad y yo le sonreí apenado. —No quiero.

—Él ha esperado esto por mucho tiempo.

—No me hagas sentir culpable, por favor —Hyunjin puso su brazo sobre mis hombros mientras negaba y me dirigía al salón de música.

—No intento eso. Lo que quiero es que tengas en mente que a él le gustas lo suficiente como para hacerse el tonto y fingir que no pasa nada. Lo hizo por mucho tiempo y sé que puede decir que te esperaría aún más, ¿Pero por qué no darse en lugar de esperar?

—¿Y si terminamos haciendo las cosas mal y nos hacemos daño?

—¿Y si en lugar de eso terminas teniendo una relación tan bonita como tu carita? —Lo miré serio, pero él se hizo menso y siguió: —Tienes todo, sólo te hace falta más confianza.

Confianza. La clave para que cualquier relación/amistad no se vaya al caño. En todo caso, él siempre me daba esa confianza y me contaba sobre él; sobre sus padres, su perrita Berry, sus abuelos y sobre su gusto especial por la comida. Aunque sentía que me faltaba saber más, porque siempre quería más.

Y es que, a veces no hablábamos de nuestros gustos o sueños, sino algo más del momento.

Nos detuvimos en la ventana del salón, desde afuera se veía el rostro serio de Chan al tener en sus manos el ukelele. Sonreí por inercia, se veía tan bonito lleno de concentración mientras sus dedos se movían sobre las cuerdas. Pude verlo tararear mientras sus ojos se cerraban, y me gustó, me gustó mucho más esa linda imagen.

—¿Ves? Hasta te ves como idiota cuando se trata de él.

—No sé a dónde quieres llegar con esto, Hyunjin. —Gruñí y levanté mi mano para golpear su hombro. —Se supone que ya sabes que me gusta, eso debería de ser suficiente.

—¡Auch! —Tomó mi muñeca y no perdió esa sonrisa burlona mientras acercaba su rostro al mío. —¡Pues no descansaré hasta verlos juntos!

—¡No fuerces las cosas! —Forcejeé pero no pude hacer que me soltara —¡Hyunjin!

—Por favor, por favor, por favor —Negué, pero parecía un animal pisoteado y sus gestos no ayudaban. —Miiin

—Te dijo que no. — Chan alejó la mano de Hyunjin de mi muñeca, seguido se dedicó a sobar los bordes mientras me acercaba a su cuerpo. —No sé por qué lo tenías sujetado de esa forma, pero debes de tener más cuidado porque pudiste hacerle daño. —Su voz seria más esa vena saltando en su frente ne robaron el aliento.

Y no era el pinche momento.

—En realidad, yo comencé a golpearlo, él sólo me detuvo.

—Exacto. —Dijo Hyunjin con las manos puestas en sus caderas.

—Pudo haberte dicho que pararas.

—Sabes que no haría caso.

—Ándale.

Chan miró mal a Hyunjin, el cual besó mi frente y agarró camino en dirección contraria a nosotros.

—Estábamos jugando.

—Su fuerza es mucho más que la tuya.

—Me haces sentir como si fuera débil. —Él negó. —¡Sabes que si!

—No es eso, es que pudo hacerte daño.

—Ya, déjalo. —Él rodó sus ojos y yo sonreí más grande mientras llevaba mis manos al cuello de su camisa. —¡Te veías realmente lindo tocando esa pequeña guitarra!

—Así no se llama.

Lo miré ofendido. —Acabo de llamarte lindo, ¿Y solamente te enfocas en como llame al ukelele?

Bajó sus manos hasta tenerme sujeto de la cintura. Me sonroje ante eso. —Es nuevo que te refieras a mí como algo más que «idiota»

—¡Oh!, —Reí —también eres un idiota, pero un idiota muy guapo.

Una de sus manos fue hasta mi frente, la paso por arriba y abajo, yo rodé los ojos ante lo baboso que se veía haciendo eso.

—Te odio.

—¡Ese sí es mi Minho! — Me abrazó y yo pude sentir sus labios pegados a la parte trasera de mi cuello. —Aunque podría acostumbrarme a tenerte así; pegado a mí.

—¿Y qué es lo que te detiene de no hacerlo?

Su cuerpo se apegó más al mío, su aliento tibio chocaba contra mis vellos, mientras yo intentaba esconderme en su cuello aunque no llegaba ni a tocarlo. Me sentía un enano cagado y estúpido.

—Que necesito que estés seguro de tus sentimientos.

—¿Y quién te ha dicho que no estoy seguro? —Me alejé para subir mis manos a sus mejillas y acariciarlas. —Si no preguntas, si te dejas llevar por lo que mi cuerpo dice, jamás sabrás lo que sucede.

—¿Entonces te gusto? —Reí ante su rostro serio, pero sus ojos brillando de los nervios me puso contento. Me alcé sobre las puntas de mis pies y besé su mejilla rosada, lo hice las veces que quise aún sabiendo que me sujetaba de la cintura para no caer.

—Siento una fuerte atracción hacia ti que me gustaría que se convirtiera en algo más que eso.

—¿Quieres que sea yo? —Asentí, ignorando ese temblor en su voz.

—Es lo que quiero, porque busqué por mucho tiempo en alguien que no tenía para darme lo que yo quería cuando tú podías hacerlo sin negarte a ello. —Besé su pecho mientras que con mi dedo dibujaba un corazón al lado. —Y sí, yo quiero que seas tú al que le pueda escribir millones de cartas llenas de mierda cursi, a aquel que le pueda gritar muchos 'te amo' y que me dirá lo mismo. Yo quiero que seamos nuestro complemento.

Él rio y me alzó quitando mis pies del piso mientras reía, parecía un tonto, pero yo lo era junto con él y no me importaba serlo.

Porque era él, era él al chico que del cuál quería escribir en esa cosa fea de tapa negra que me esperaba en casa.

𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒆𝒍 𝒄𝒉𝒊𝒄𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒋𝒂𝒎𝒂́𝒔 𝒎𝒆 𝒂𝒎𝒐́ ⎯  minsung / banghoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora