12 ! sí, te amo

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Él no sabía cómo me sentía, y el que me haya visto de tal forma sólo me dejaba más indefenso. Pero había sido un tonto que seguía sufriendo, porque todo de mi ardía por ese beso idiota que aún podía sentir en mis labios.

Esa presión basura que me dejó aún más acabado.

—Lo siento.

No, yo lo siento.

—Desde el primer momento me equivoqué, debí hacer algo más que quedarme callado, pero jamás pienso como debería, actúe por impulso y terminé arruinando todo.

Yo acepté, es mi culpa también.

—Me siento tan idiota y no sé cómo arreglarlo.

Cállate, sólo haz eso.

—Debes odiarme.

Aunque no lo creas, mi corazón no puede odiarte.

—Y lo entenderé, me comporte como un tonto.

Más que eso, pero ya, no importa.

—Deja eso y apúrate, quiero estar solo en casa. —Mi voz sonó gangosa y no pude sentirme peor, cubrí con mi mano mi cara, no quería que me viera al borde del llanto, pues suficiente había sido que en la cena me hubieran visto con los ojos llorosos.

—De verdad lo siento. —Pausó. —Te amo.

Grité, no pude evitarlo, porque justo es lo que menos quería recibir de su parte, esos estúpidos te amo sin valor alguno.

— ¡Ya! No es momento para que digas eso, no es el momento para que salgas con esas cosas cuando mi corazón arde de odio, ¡Me besaste sin preguntarme y lo peor de todo es que no te detuve! —Golpeé mi pierna izquierda y el detuvo el coche, pero no quería que se quedara a platicar sobre cómo me sentía, yo sólo quería ir a casa. —¡Vuelve a encender el coche y vámonos!

—No, tú lo que necesitas es decirme que es lo que te pasa, ¡Pudiste decirme que no sino querías ayudar!

—¿Y crees que es tan fácil decirte que no? ¡Tú nunca te cansas e insistes hasta obtener lo que quieres! Tú no sabes cómo me siento cuando me pides algo, cuando me tomas entre tus brazos y me dices lo lindo que soy, ¡No sabes absolutamente nada!

Porque me siento una basura, y más allá de sentir, juro que lo soy.

—¡Porque no me dejas entrar, no me dejas sentir tu dolor sabiendo que yo te puedo ayudar! —Él se estaba alterando, lo veía en el apretar de sus puños.

Pero yo ya no quería seguir callando.

—No, no puedes, porque no puedes ni sanar tus problemas, menos podrás con los míos. —Rodé los ojos, me recargué en el respaldo del coche y cerré los ojos, si no lo veía todo sería menos doloroso. —Mira, fue un error el haber aceptado todo esto, lo supe desde que te dije que lo haría, pero hay veces en las que me dejo llevar por lo que creo que te hará feliz sabiendo que yo no lo seré. Y todo esto lo hago porque te amo.

Lamí mis labios, buscando las palabras menos abusivas, pero si era sincero, quería gritarle lo mal amigo que era y lo doloroso que era quererlo en silencio después todo este tiempo.

—Yo también te amo. —Susurró. Mis ojos se posaron en los suyos, aquellos que hasta el momento no tenían ese brillo, sino dos orbes opacos con reflejo de lástima.

Sonreí con los labios apretados y negué. —Sí, pero yo te amo más que un estúpido amigo. Te amo más de lo que puedes pensar y eso me hace mal, odio sentirme así, ¡odio quererte con todas mis fuerzas!

Él calló. Yo sollocé.

Él no habló. Yo me mostré débil ante él.

Él parecía pensar. Yo estaba sintiendo de más.

Él no se miraba mal. Yo parecía haber sido aplastado por una popó.

Y lo dijo, dijo aquello que tanto sabía pero que dolía escuchar de su boca.

— A mí no me gustas, Minho.

— ¿Y crees que no lo sé? ¡Jisung, yo no estaba esperando un 'te amo'! ¡Es más, yo nunca espero nada de ti y al final siempre me haces mal! —Limpié mis mejillas con brusquedad y no me permití derramar una lágrima mas por esos sentimientos feos instalados en mi pecho. Sólo suspiré y hablé —: Necesitaba decírtelo, sacarlo de una vez por todas y que toda esta mierda terminara, ¡Porque me siento asqueroso de saber que me gusta mi mejor amigo! —Abrí la puerta y bajé, me seguía sintiendo molesto por sobre ese sentimiento de soledad, pero seguir ahí solo haría que quisiera golpearme contra el espejo y no despertar.

Él parecía aún perdido y aprovechando eso seguí mi camino, estaba haciendo lo correcto por primera vez, alejarme de él debió ser el segundo paso después de aceptar ese gusto cagado, pero en cambio sucumbí a ello y terminé haciendo un estúpido diario.

Sí, te amo.

Yo estaba mal, no él.

Yo estaba enamorado, no él.

A mí me dolía, no a él.

¿Pero cómo le explicaría a mi corazón que esto es lo mejor cuándo justamente duele cada vez peor?

𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒆𝒍 𝒄𝒉𝒊𝒄𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒋𝒂𝒎𝒂́𝒔 𝒎𝒆 𝒂𝒎𝒐́ ⎯  minsung / banghoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora