O8 ! todos son estúpidos pero más yo

66 17 1
                                    

— ¡Me estás lastimando! —Gruñí, mis sienes dolían y mis manos estaban agarrando la tela de mi pantalón con fuerza. Cada jalón nuevo en mi cabello dolía como el infierno, y no estaba valiendo para nada la pena porque me iba a ver todo ridículo.

Mira, viejo baboso, me quedo calvo y te voy a enterrar los pelos en la nariz.

—No seas exagerado.

—Ni siis in ixigiridi. —Rodé los ojos y volví a soltar un quejido. —¡No estoy exagerando! Tus feas manos tocan mi cabello de la forma menos delicada posible, ¡¿Y todavía no quieres que me queje?!

Él me ignoró, Hyunjin sólo reía bajito mientras que con su celular grababa mi feo rostro. Chris por otro lado mantenía su rostro serio pero sin despegar su vista de nosotros, al igual que con sus dedos daba ligeros golpes en la mesa.

—Te verás bonito. —Miré con una mueca a Chan, él sabía mejor que nadie que mi autoestima no era la mejor pero aún así no me gustaba que hicieran halagos hacia mí persona.

¿Qué se supone que uno debía de decir después de eso?

—No hagas eso. —Pidió Hyunjin. Suspiré feliz al dejar de sentir las manos de Han en mi cabeza. —¡Te ves tan adorable!

Te ves, te ves, te ves... ¡A mí no me interesaba si me veía bien!

—¡Quítame estas feas colitas ya, Han! —Él resoplo y dejó caer su cabeza sobre la mía. —¡Sigo delicado, pendejo!

—Mira, cariño, te estas comportando como un payaso para nada gracioso, así que mejor cállate y posa a la cámara.

¿Para qué me quejo si al final del día se haría lo que él quería?

A mí nunca me dijeron que esto de estar enamorado sería tan espeluznante.

Hoy era de esos pocos días en la semana donde Han dejaba de lado a sus tantas chicas por estar con nosotros. Era de esos pequeños sacrificios que hacía y que no debíamos agradecer, porque parte de toda amistad es estar unidos sin importar las parejas.

Al menos así funcionaba aquí; si se trataba de nosotros, Jisung dejaba un rato libre, y después de iba a buscar un culito nuevo, al igual que Hyunjin, aunque este lleva más de dos meses sin tener a nadie a su lado. En cambio Chan y yo estamos más solos que una piedra en el río.

Y la verdad, no me molesta en absoluto.

El flash de la cámara pegaba en mi cara mientras la cabeza de Jisung estaba posicionada a un lado de la mía, me abrazaba por la cintura y podía sentir su aliento golpear mi oreja. Moría por alejarlo a patadas y gritarle lo sucio que me hacía sentir en momentos así, pero otro lado me decía: bésalo.

Mi labio inferior estaba siendo atrapado por mis dientes, sabía que no podía verme peor, pero al parecer a ellos le hacía feliz y pues...

—¿Ya? —Pregunté una vez que Hyun se alejó con su cara pegada en el celular.

No respondió, pero asumí que sí por la estúpida risa de Jisung que lo puso a vibrar.

Cerré mis ojos y me recargué en el respaldo de la silla, mi cabeza no estaba siendo de mucha ayuda y momento de malhumor ya estaba pasando, pero esas ganas inmensas de besar a Han me estaban haciendo sentir enfermo. Yo odiaba cuando mi corazón comenzaba a tomar camino queriendo tocar el de Jisung, como si eso bastara para que estuviéramos juntos.

Y no, no es que no quiera que él se fije en mí, porque sería un loco al decir que no, pero odio de sobre–manera que todo esto vaya a arruinar lo de nosotros.

Más que nada, porque para mí sería más por obligación que por ganas.

Una mano cálida en mi mejilla me hizo dar un brinco en mi asiento, lo vi con mis ojos entrecerrados esperando una respuesta, pero Bang sólo siguió dando pequeños toques en ella.

—¿Qué tanto quieres? —Él resopló y se alejó con los brazos cruzados sobre su pecho. Miré a los otros dos pendejos y ellos me miraban con una pequeña sonrisa en sus labios. —Pobre de ustedes que hayan hecho algo, babosos, les corto los huevos y se los doy de comer a la gata.

Han rió y pude sentir algo renacer en mi interior al ver esa boba sonrisa no apartarse de sus labios. Sin querer, comenzaba amar esa boba popó de unicornio parlanchina más de lo que quería.

—Eso no me sorprendería viniendo de alguien como tú. —Mencionó él, demostrando un sentimiento extraño con todo eso. Mi frente se arrugó y esperé a que siguiera, claramente yo necesitaba una justificación hacia ese comentario que hizo que mi pechito doliera. —Ya sabes, puedes ser un tanto abusivo cuando te lo propones. —Hyun lo golpeó y al parecer se dio cuenta de su error porque agregó:— Pero así te queremos.

Abusivo.

Miré a Chan, este negó y se terminó de acercar a mí. Pude sentir sus manos en mi cabello quitando las pequeñas ligas que hostigaban mi pobre cabecita. Abusivo. ¿De verdad me veía como un ser horripilante capaz de hacerle daño al mundo? ¿De verdad me creerían capaz de hacer tales cosas cuando lo digo en broma?

Ni siquiera él que me conoce mejor que los demás negó aquello.

Tal vez y estaba exagerando pero, él se supone que debía de saber mejor que nadie lo importante que llegan a ser las palabras de los demás hacía mí.

Han no dijo más, se fundió en su celular y Hyunjin iba por más sabritas a la cocina. Ellos no notaron ese cambio en mí, ese pequeño malestar que me hacía no poder quitar ese feo puchero que me hacía ver todavía más ridículo.

Pero él sí lo notó.

—Honnie, yo no te creería capaz de hacer nada malo, tan sólo es tu forma de expresarte, que ellos se lo tomen de esa forma tan literal no es tu problema. —Besó mi frente, dio pequeños masajes en mi cuero cabelludo y una sonrisa se plasmó en mi rostro de forma inconsciente cuando mis ojos comenzaron a cerrarse. —Te quiero, Minho.

—Sí, bueno, el amor es para los perros.

𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒆𝒍 𝒄𝒉𝒊𝒄𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒋𝒂𝒎𝒂́𝒔 𝒎𝒆 𝒂𝒎𝒐́ ⎯  minsung / banghoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora