Willow y Sunoo son vecinos. Han vivido toda su juventud en un barrio en donde la existencia de chicos de su edad es completamente nula. Eso, hasta que llega una familia nueva al lugar con tres adorables hijos.
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A pesar de que ya había dado el control de matemáticas, el resumen que me había prestado Heeseung la verdad si me había servido de ayuda.
— No vuelvas a aparecer por mi casa, ¿Quieres? —la voz áspera de Sunghoon interrumpió en mis pensamientos y levanté la vista, encontrándome con su densa mirada sobre mi.
— Pensé que pensabas ignorarme... —solté burlesca y volví mi atención al resumen, hasta que el pelinegro me lo arrebato de las manos.
— ¿Ahora le pides ayuda a mi hermano? Qué poca vergüenza tienes... Sé nota que ni te esfuerzas. —soltó, llamando la atención de algunos estudiantes que se hallaban en el salón junto a nosotros.
Claramente su comentario me molesto.
— ¡No me hables así! Diablos... ¿Quién te crees que eres? Devuélveme eso. —Le intenté quitar el resumen, pero esté se alejó rápidamente, evitándolo —. Sunghoon, dame eso ahora. No estoy jugando.
— ¿Te parece que yo sí estoy jugando?
— Tu actitud infantil deja mucho que decir... —Le respondí desafiante y esté tenso su mandíbula, negando.
— Olvídalo, no te devolveré esto —contestó y me acerqué a él para quitarle el papel, pero en ese momento entro el profesor al salón, limitando mis impulsos a solo morder mis labios con ira mientras Sunghoon me sonreía ladinamente.
— Estudiantes, por favor, tomen asiento, entregaré sus controles —comentó con seriedad.
Me senté en mi asiento, dejando caer mi cuerpo en el con brusquedad.
Mi estómago comenzó a doler por saber la nota de mi control, pero al mismo tiempo quería saltar a golpes contra Sunghoon por la rabia que sentía en ese momento.
¿Qué importaba lo que su hermanó me prestará? ¡Me lo había dado a mí! ¡No a él! ¡El resumen era ahora mío!
— Alumna Min.
Mi atención se dirigió al profesor y noté como todos tenía su mirada sobre mí.
— Segunda vez que la llamo... Venga a recoger su control. —Me avisó el profesor y sintiendo como el dolor de estómago se intensificaba repentinamente, me levanté en dirección a su escritorio.
Me entregó el control y vi rápidamente un "reprobado" en rojo bastante notorio.
Genial.
— Lo lamentó, debo decirle que fue la nota más baja de la clase... creo que debería esforzarse más. —Habló en voz baja y asentí, sintiéndome la perdedora más grande del universo.
Me fui de vuelta a mi asiento doblando el control en cuatro. Tenía muchas emociones atacandome en ese momento, por lo que cualquier mínima cosa que se acercara a mí, saldría lastimánda.
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