29. I love red

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— ¿Sunghoon?

No tuve respuesta alguna. Me acerqué entonces a él, caminando con algo de nervios hasta llegar a estar frente a frente.

Sus manos estaban sobre sus rostro, tapándolo, dejándome ver solo sus marcados nudillos dañados.

Realmente esperaba que eso fuera parte del disfraz.

— Sunghoon —susurré en medio del silencio que nos rodeaba, pero nuevamente, esté no respondió haciendo que mi inquietud creciera.

Junte mis manos sin saber realmente que hacer.
Odiaba preocuparme tanto por él, sentir cosas por él sin saber si realmente era mutuo, pero después de el encuentro con esa chica comenzaba a pensar que me había equivocado respecto a sus verdaderos sentimientos e intenciones hacía mí.

— Déjame a solas, por favor —respondió de repente, con una voz desgastada.

No lo hice.
Al contrario, me senté a su lado y llevé mi mirada hacía su cuello del cual resaltaba su manzana de adán.

— ¿Realmente quieres que me vaya ahora? —pregunté sin quitarle la mirada, a lo que esté se mantuvo en silencio por un rato.

Dejo de tapar su rostro y aclaro su garganta al ver la sorpresa en mis ojos que se hizo presente rápidamente.

— ¿Qué...? —No quiero hablar de eso ahora ¿Sí? Estoy jodidamente harto... —me interrumpió, limpiándose las lágrimas de sus ojos con brusquedad.

Apreté mis labios y lo observé por unos segundos antes de volver a hablar.

— Te disfrazaste de diablo... —murmuré y esté sonrió con pena sin voltearse a verme en ningún momento. Su mirada permanecía fijamente al frente, como sí temiera hacer contacto visual en ese estado.

— ¿Y tú que eres...? ¿Abogada?

— Ya que todos me dicen eso, dire qué sí... —Sonreí a medias, sin perder el sentimiento de preocupación en mí por su persona.

¿Por qué lloraba? Nunca lo había visto así antes.
¿Y Porqué estaba lastimado nuevamente? ¿Con quién se había peleado esta vez?

— ¿Era verdad? ¿Planeabas regalarme algo hoy? —inquirí y esté se volteó a verme repentinamente.

— ¿Cómo es que...? Diablos... ¿Te dijo Juno? —gruñó y sonreí al ver que efectivamente, era verdad lo que decía la chica.

— Entonces... ¿Sí trabajabas en ese bar?

— Sí... de promotor y supervisador. Era una completa basura, pero necesitaba el dinero para hacerte un regalo y ese trabajo pagaba bien... —soltó, volviendo a bajar su vista hasta sus manos.

Deje salir de mis labios un a pequeña risita y me acerqué a él, pasando una mano por su rostro herido. Sunghoon relajo su ceño y llevo su mirada desgastada hacía mis ojos.

— Eres un buen chico, Sunghoon —Acaricié su mejilla y esté negó lentamente.

— No mientas, Willow. Pero ¿Sabes? Lamento por todo lo mierda que has tenido que pasar por mi culpa... —murmuró con sequedad.

— Está bien... —contesté y sin poder aguantarlo más, me acerqué a abrazarlo, hundiendo mi rostro en su cuello el cual estaba perfumado como siempre.

— ¿Qué haces...?  —Sunghoon se demoró unos segundos en reaccionar ante mi acción, pero me devolvió el abrazo después de un rato. Sentí una de sus manos acariciar mi espalda y lo escuché tragar saliva con densidad—. ¿Esto significa que ya no estas molesta conmigo? —inquirió en un susurro y me separé de él, posando mi mirada en su rostro.

DEVIL'S ADVOCATE / SUNGHOONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora