06. Classes with Hades

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— Déjame ver sí entendí bien, ¿Sunghoon te dara clases de matemáticas? —rió Sunoo, dejando su cuerpo caer sobre mi cama.

— ¿Te parece gracioso? —Lo golpeé con la almohada, molesta.

— ¿Y dices que tus padres dieron la idea? Vaya... estas acabada —finalizó, haciendo que mi preocupación aumentara.

— ¿De que hablas? Aun puedo idear un plan para escaparme. —Me cruce de brazos, tratando de mantenerme con fe a lo que Sunoo chasqueó su lengua.

— Sabes como es tu madre respecto a tus notas Willow, date por vencida... —Me sonrió y me acosté a su lado, sintiéndome derrotada.

— No sirves en lo absoluto como ayuda emocional —Le hice saber, desviando mi mirada hacía la ventana—. Realmente no creo que lo vaya a soportar, Sunghoon me desagrada a niveles imaginables.

— Ve el lado positivo de esto, Willow. Verás a Jisoo y a Heeseung mas seguído. —Me trató de animar y asentí, sin haber tomado en cuenta eso antes.

— A todo esto... ¿Cómo van las cosas entre tú y Jisoo? —Sonreí perversamente y Sunoo desvió su mirada a otro lado, negando.

— Olvidalo.

— ¿Eh? ¿Por qué? —me reincorporé con algo de preocupación—. No me digas que también fingió su personalidad como el loco de su hermano...

— Willow...

— Diablos, de verdad creí en ella... ¿Será algo de mellizos? —solté comenzando a molestarme, pero Sunoo rió, negado.

— No es eso, Willow, ella es realmente amable, bella y un dulce de persona, pero, no le va a los romeos.

— ¿Eh?

— Ella es de julietas.

— ¿Qué? —solté sin entender y Sunoo me dió un golpe en el hombre, sin paciencia.

— No esta interesada en chicos, Willow —bufó y abrir la boca, entendiendo de una vez.

— No inventes, eso es increíble... —Me tapé la boca y esté frunció el ceño ante mi comentario—. O sea, es una muy mala noticia, pero, vendrán más chicas, Sunoo —Lo trate de animar rápidamente y esté asintió, riendo desganado.


El lunes después de clases me hallaba sentada dentro de la habitación de Sunghoon, esperándolo, puesto qué esté había pasado a su baño

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El lunes después de clases me hallaba sentada dentro de la habitación de Sunghoon, esperándolo, puesto qué esté había pasado a su baño.

Aún no entendía como era posible estar aquí o haber llegado a esto. Realmente pensé en escaparme, pero tampoco tenía ganas de enloquecer a mi madre y seguir bajando mis calificaciones.

Desde la cena en mi casa Sunghoon y yo nos habíamos evitado cómo fantasmas hasta que llegó la hora de irme a su casa.

Algo curioso es que noté mientras lo esperaba, es que la ventana de su habitación daba directo a la ventana de la mía. Me pregunto sí ya se habrá dado cuenta de ese detalle.

La puerta se abrió y Sunghoon apareció con dos cosas menos. Su corbata y el blazer de su uniforme. Tomó asiento en la silla de su escritorio y murmurando cosas en voz baja, empezo a sacar unos libros de matemáticas, hojeándolos y dejándolos en una pila en su escritorio.

Era como si mi presencia en la habitación fuera nula para él. Así que, aun sentada sobre su cama sin hacer nada, decidí hablar.

— ¿Cuándo piensas comenz...? —Cierra la boca. —Me hizo callar al instante y fruncí el ceño, sintiéndome ofendida.

— ¿Crees que estoy feliz de estar aquí en esta habitación de tortura? Sí mal no recuerdo, todo esto es tu culpa... —Me crucé de brazos, con orgullo.

— ¿Qué no sabes cerrar la boca, Willow? —Dejo el libro de lado, desviando su mirada hacía mi por primera vez en el día.

Esta vez me quedé en silencio y Sunghoon se acercó hasta a mí, deslizandoze sobre la silla que a juzgar por su diseño, era claramente una de jugador virtual obsesionado.

— Ya que no podemos hacer nada respecto a esto, tienes dos opciones. Uno, cierras tu boca durante las dos próximas horas y finges no estar presente en esta habitación mientras yo hago lo mío o dos, la que más me molesta por cierto, te enseño matemáticas y hago a tu madre feliz. ¿Qué prefieres? —inquirió con una falsa sonrisa y me quedé mirándolo, un tanto pensativa.

La primera opción si me llamaba la atención, pero yo era de las que no podía quedarse en silencio por más de diez minutos seguidos y de verdad quería aprobar matemáticas, por lo que opte por la segunda opción.

— Enseñame matemáticas —bufé y esté asintió sin entusiasmo.

— Bueno... ¿Por dónde quieres comenzar? ¿Sabes al menos sumar, no? —inquirió con un leve tono de burla en su voz que me hizo darle una mirada mortal.

— ¡Claro qué sé! —Lo regañe y esté curvo la comisura de sus labios hacía arriba, en una discreta sonrisa.

— ¿Quieres repasar raíces? Después de todo, por culpa de eso estamos aquí —sugirió y rodeando los ojos, termine por aceptar.

Entonces, Sunghoon se sentó en su cama para estar más cómodo y comenzó a escribir ejercicios en un cuaderno para que yo los resolviera.

— Sí tienes dudas, no preguntes. —Me sonrió con amabilidad y tome el cuaderno de sus manos, sin tomarlo en cuenta.

Observé el primer ejercicio y mordiendo mi lápiz grafito confundida, mire a Sunghoon.

— Tengo una duda.

— Te hice los ejercicios más fáciles, Willow —Me miro, ya harto.

— Creo que tenemos definiciones muy diferentes respecto a esa palabra... —Me defendí y esté gruñó, acercándose a ver los ejercicios.

— ¿Qué es lo que no entiendes? —preguntó y apunté todo, lo que hizo que el pálido empujara la pared de una de sus mejillas con su lengua, tratando de no dejarse llevar por sus impulsos de su nula paciencia.

Tomo el cuaderno de mis manos y me empezó a explicar. A pesar de que Sunghoon era realmente un chico insufrible y que se quejaba cada dos segundos de mí, se tomo el tiempo de explicarme hasta hacerme entender.

Las dos horas pasaron rápidamente y me dió una hoja con más problemas para que mañana se los entregara resueltos.

— Esperó que algo haya entrado en tu diminuto cerebro. —Se despidió de mí, como sí esas palabras para él fueran de aliento.

Baje las escaleras, encontrándome con Heeseung a mitad de estas.

— ¿Ya terminaste con el ogro? Me alegró que te haya dejado viva... —Sonrió juguetonamente y le devolví la sonrisa.

— Nos vemos, Heeseung.

— Es una lástima que no te puedas quedar... —Se despidió de mí, simulando estar extra triste por mi ida.

Salí de la casa y observe la hoja que me había dado Sunghoon. Creo que para ser clases gratis, no eran tan malas después de todo.

DEVIL'S ADVOCATE / SUNGHOONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora