El fin de semana mi madre me mando a dejar un pequeño pie de limón para Sunghoon. Se había enterado de que lo habían golpeado y dijo que debíamos de darle algo dulce para que no se sintiera tan triste en sus días de reposo. Algo que encontraría completamente innecesario y ridículo de no saber la causa de su pelea.
— ¿Quieres que vaya ahora? Todavía estoy en pijama... —murmuré, rascando mi cabeza levemente nerviosa.
La honesta y amarga verdad era qué el robot inteligente, alias Sunghoon, no había salido de mi mente desde ese día en el hospital. Aparecía en mis pensamientos como un verdadero intruso que me costaba echar, una cucaracha que no paraba de emitir sonidos y la cual solo quería aplastar.
— ¿Qué tiene? Apenas se nota... —Rió mi madre refiriéndose a mi pijama y asentí, sin muchas ganas.
Tomo el pie de limón, observando el merengue sobre esté que despertaba mi apetito salvaje. No Willow, ya no eres una niña pequeña como para tomar un poco de merengue con tu dedo.
La puerta de entrada sonó y fui a abrirla con el pie de limón en mis manos, encontrándome con la sonrisa perversa de Sunoo del otro lado.
— Heeseung me contó cosas.
— ¿Eh? —Fruncí el ceño y esté soltando una risita, cerro la puerta de la casa detrás de mí, para tener más privacidad.
— ¿Es verdad que Sunghoon se peleo por tí? —inquirió, dándome un empujón en el hombro con cero cuidado.
— ¡Cuidado con el pie de limón! —solté casi botándolo y fulminé con la mirada Sunoo—. Y no. Sunghoon no se peleo por mí. Bueno, tal vez sí. Fue por culpa de esos matones de la escuela... —Tensé mi rostro al recordarlo, comenzando a avanzar hacía el patio junto a él.
— No inventes, ¿Se peleo con esos matones por tí?¿Cómo en las películas? Dios... —Fingió desmayarse—. Yo necesito que me suceda algo parecido...
— Ahg, Sunoo, no fue un momento gracioso... —Puse una mueca y este rió juguetonamente.
— Quién lo diría, de los tres hermanos, Sunghoon era del que menos me lo esperaba. Tal vez sí tiene corazón y no es un robot como dices... —comentó y le dí una mirada para que dejara de hablar de eso de una vez. No quería confundir mi cabeza más de lo que ya estaba.
Toqué la puerta de mis vecinos y a los minutos, me habría el mismísimo rey de roma.
— No hacemos donaciones caritativas, vecina.
El rostro serio y lastimado de Sunghoon me examino de arriba a bajo, para luego hacer lo mismo con Sunoo.
— Es un pie de limón, de mi madre para tí —corregí, entredientes.
Deberían cerrarle la boca todo el día a este chico.
Por más que quisiera ser buena a veces, él me hacía perder la paciencia con facilidad, deberían de darle una medalla también por eso, era el mejor haciéndolo.— ¿Es dulce? —La cabeza de Jisoo se asomó bajo el brazo tonificado de su mellizo, apartándolo a un lado rápidamente y convirtiéndolo en un personaje segundario instantáneo al los ojos de Sunoo.
— Claro, como tú —soltó mi amigo tontamente y le di una mirada rara.
— ¿Qué dijiste? —Sunghoon enarcó una ceja por su comentario, pero Sunoo ya se veía hechizado ante la sonrisa de la pelinegra como para prestarle atención a su mellizo.
— Como sea, tomen, es un regalo. A algunos de ustedes les vendría bien un poco de azúcar en sus amargadas vidas —Sonreí, mirando a Sunghoon quién me sonrió de vuelta ladinamente.
— ¿Cómo sé que no esta envenenado?
— Gracias Willow, es muy bonito de tu parte —Rió Jisoo mirándome encantada, mientras tomaba el pie de mis manos con sumo cuidado de no botarlo, ignorando el comentario de su mellizo—. Le daré a probar a Heeseung, él ama las cosas dulces como estas.
— Oh, no lo dudo — Le sonreí de vuelta genuinamente y recibí la mirada de asco de Sunghoon.
— Voy contigo —habló Sunoo y entro rápidamente, siguiéndola. Nuevamente, me dejaba a solas.
Sunghoon se iba a ir detrás de los chicos, pero lo detuve de la mano, captando su atención al instante.
— ¿Cómo están tus heridas? —pregunté y su semblante pareció cohibirse solo por unos segundos ante la pregunta.
— Curándose, claro —soltó sarcástico y lo quedé mirando en silencio, por lo qué esté notando que ya había sido suficiente de su humor antisocial, aclaró su garganta y volvió a hablar —. Estoy bien, Willow. No te preocupes.
Bajo su mirada hasta mi mano, observando como aun agarraba de la suya. Yo también lo noté, pero no quise soltarla. Por alguna razón, me gustaba. Me gustaba esa nueva sensación que me hacía sentir.
— Uhm... ¿Quieres juntarte hoy? A avanzar con el trabajo de matemáticas —inquirí.
— No, dije que yo terminaría lo demás, no te preocupes, me gusta resolver problemas matemáticos.
— Oh, está bien... —solté de su mano— Nos vemos luego, entonces.
Me giré lentamente, sintiéndome levemente estúpida por mi acción. ¿Por qué de repente sentía nervios? ¿Por qué de repente comenzaba a interesarme?
— Willow.
Me volteé al escuchar mi nombre. Sunghoon me observa aún desde la entrada de su casa.
— Tienes un grano en el rostro.
— ¿Eh? —Fruncí el rostro bruscamente. Mis pensamientos intrusos desaparecieron al instante y sentí mis mejillas enrojecer con violencia—. Maldita sea...
Me di vuelta rápido y me fui casi corriendo a casa.
Genial, ¿Cuándo me daban una medalla a mí por mi momento más humilde?Subi a pasos apresurados a mi habitación y me tire sobre la cama, soltando un grito de vergüenza para luego moverme como una anguila eléctrica sobre esta.
¡Te odio Park Sunghoon!
¿Acaso era necesario mencionar eso?
¿Qué no sabía que yo también tenía espejos?Tome un espejo de mano de mi escritorio y mi mueca de vergüenza desapareció al instante.
No tenía ningún grano.
Me volví a mirar el rostro extrañada y deje el espejo de mano de lado.¿Acaso me acababa de mentir?
¿Por qué?Me acerqué a la ventana, observando que del otro lado Sunghoon entraba a su habitaciona. No notó mi mirada obviamente, estaba perfectamente escabullida. Lo ví tomar una hoja de su escritorio y comenzó a escribir en esta, cuando repentinamente se acerco a la ventana, poniendo la hoja contra esta.
"Tonta"
Una sonrisa ladina se formo en sus labios y fruncí el ceño con una sorpresa mala.
¡Qué chico tan infantil!Baje la cortina tapando con molestia la ventana y solté un grito que daba la bienvenida a mi personaje de villano en crisis.
¿Qué diablos sucedía con el?
¿Por qué me confundía tanto?Tome una almohada y simulando que era Sunghoon, comencé una lucha libre mortal, saltando, dándole patadas, hasta que cai de mi cama de espaldas, pegándome fuertemente en la cabeza.
Escuché un "Willow" de regaño proveniente del primer piso por parte de mi madre y solté un quejido. Tal vez yo también era algo infantil.
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DEVIL'S ADVOCATE / SUNGHOON
FanfictionWillow y Sunoo son vecinos. Han vivido toda su juventud en un barrio en donde la existencia de chicos de su edad es completamente nula. Eso, hasta que llega una familia nueva al lugar con tres adorables hijos. 𝑁𝑜 𝑠𝑒 𝑝𝑒𝑟𝑚𝑖𝑡𝑒 𝑙𝑎 𝑐𝑜𝑝𝑖�...