32. Still with you

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Los días pasaban, el invierno terminaba, ya no llovía y el frío como el drama en mi vida, comenzaban a apaciguarse lentamente. Sunoo ahora sabía de mi relación con Sunghoon y aunque temía ver cual fuese su reacción en un principio, supo llevarlo con más tranquilidad de lo que esperaba. Claramente me regañó como un padre a su hija, me dió par de manotazos en la cabeza asegurando que había perdido completamente la cordura y me a ayudaría a recuperarla. No es que mi mejor amigo estuviese completamente loco por eso, solo era algo intenso. Tampoco amaba la idea de un yo y Sunghoon, pero claro, lo toleraba. Por otro lado, Jisoo seguía juntándose con nosotros como la buena y adorable chica que era. Las clases de matemáticas con su mellizo volvieron e incluso los encuentro con Jungwon habían bajado, pero aún faltaba alguien.

Heeseung.

Últimamente lo había visto poco, no topaba tanto con el rubio vainilla como lo solía hacer antes y cuando iba a su casa a ver a sus hermanos ya fuese hasta por la razón más insignificante que se me hubiese ocurrido, siempre estaba afuera o en su habitación con la puerta bajo llave y una música hip hop fuerte. Solo esperaba poder quedar en buenos termino con él.

Ahora me hallaba sobre mi cama con la vista puesta en mi ventana. La luz que entraba por esta era anaranjada, directa desde el atardecer. Estaba escuchando música con mis audífonos, pero no eran canciones al azar. Era una lista que Sunghoon había anotado en mi cuaderno de matemáticas. Me dijo que esas canciones le recordaban a mi.

Algo demasiado cursi para provenir de él, pero que me emocionaba indescriptiblemente. Sunghoon en relación a la musica, solía irse por el género de rock indie y alternativo, que en lo personal, creía que combinaba muy bien con su personalidad. Mientras tarareaba una que ya conocía, obseve como en la casa de al frente venía llegado un chico en motocicleta. Alce una ceja en curiosidad. ¿Quién podría ser? Cuando se sacó el casco, descubrí que se trataba del mayor, Heeseung.

Al parecer, una nueva adquisición del moreno.

Bajo de esta, y claro, al no verlo desde casi desde ese día, una necesidad de acercarme a él me invadió rápidamente.

Baje las escaleras de mi casa de forma acelerada y salí por la puerta de entrada. Como esperaba, Heeseung ya había entrado a la suya.

Maldecí en voz baja, recordando entonces la vez en que entré a su casa por la terraza junto a Sunghoon. La opción de ir a golpear su puerta de entrada y esperar a que me abriera estaba descartada. No quería tener que dar explicaciones a los mellizos de mi visita ahí, por lo que sin más y con poca vergüenza me fui a pasar el pario trasero, entrando por la puerta de la terraza la cual siempre estaba abierta. Eso era demasiado inseguro.

Entre a puntitas por el living esperando a no encontrarme con algún miembro de la familia Park y me fui en dirección a las escaleras rápidamente.

Por el silencio del lugar, a parte de la música que provenía del cuarto de Heeseung, supuse que era él único en casa.

Llegué hasta su puerta y golpeé un par de veces, nerviosa. No tuve respuesta alguna, y supuse que era debido a la música. Entonces, decidí llamarlo por su nombre, alzando mi voz y pegando mis manos hacia la puerta en un intento de que me escuchara.

La música paro y ahora la casa se hundió en un gran silencio. Apegue mi oreja a la puerta como si estuviera pegada con cola, repitiendo el nombre de Heeseung con una leve preocupación ante el silencio repentino que se formó.

DEVIL'S ADVOCATE / SUNGHOONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora