'La cámara de los secretos'

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•Gilderoy Lockhart, siempre supe que fue un farsante•

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•Gilderoy Lockhart, siempre supe que fue un farsante

—Con la cantidad de veces que hemos estado cerca de ella en los aseos —dijo Ron con amargura durante el desayuno del día siguiente—, y no se nos ocurrió preguntarle, y ahora ya ves... 

Harry y Ron me habían contado que creían que la primer muerte debida al monstruo de Slytherin fue la de Myrtle la llorona.

La aventura de seguir a las arañas había sido muy dura. Pero ahora, burlar a los profesores para poder meternos en un lavabo de chicas, pero no uno cualquiera, sino el que estaba junto al lugar en que había ocurrido el primer ataque, me parecía prácticamente imposible. 

En la primera clase que tuvimos, Transformaciones, sin embargo, sucedió algo que por primera vez en varias semanas nos hizo olvidar la Cámara de los Secretos. A los diez minutos de empezada la clase, la profesora McGonagall nos dijo que los exámenes comenzarían el 1 de junio, y sólo faltaba una semana.  

No le tomé mucha importancia, no podía sacar de mi mente la charla de anoche.

—No debes alejarnos Adhara —reprochó Pansy—. Lo has hecho una vez con Lyra. 

—No puedes pretender que no existamos —siguió Blaise—. No porque tu madre sea una super diosa tienes que protegernos de todo.

—Ellos tienen razón Cassie —mire a Liam—. No debes cerrarte a nosotros, pelirroja. Podemos ayudarnos entre todos.

—Solo... —Pansy suspiro—, solo no nos alejes.

Volví a la clase cuando escuche un golpe. A Neville Longbottom se le había caído la varita mágica, haciendo desaparecer una de las patas del pupitre. La profesora McGonagall volvió a hacerla aparecer con un movimiento de su varita y se volvió hacia Seamus con el entrecejo fruncido.

—El único propósito de mantener el colegio en funcionamiento en estas circunstancias es el de daros una educación —dijo con severidad—. Los exámenes, por lo tanto, tendrán lugar como de costumbre, y confío en que estéis todos estudiando duro. 

¿De que me había perdido? 

 Se oyeron murmullos de disconformidad en toda el aula, lo que provocó que la profesora McGonagall frunciera el entrecejo aún más. 

—Las instrucciones del profesor Dumbledore fueron que el colegio prosiguiera su marcha con toda la normalidad posible —dijo ella—. Y eso, no necesito explicarlo, incluye comprobar cuánto habéis aprendido este curso. 

Tres días antes del primer examen, durante el desayuno, la profesora McGonagall hizo otro anuncio a la clase. 

—Tengo buenas noticias —dijo, y el Gran Comedor, en lugar de quedar en silencio, estalló en alborozo. 

¹Adhara Black | HP × PJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora