¹Adhara Black | HP × PJ

'Hola Harry Falso'

•Ese día casi hago trozos de Tyson•

Adhara Black

Ser mestizo es difícil, y muchas veces asusta, como ahora.

—¡Necesitamos mas ambrosia!

Estábamos en la enfermería del campamento, muchos mestizos ingresaban lastimados.

El lugar seguro para los hijos de los dioses y mortales ya no era seguro. Hace no mucho, el pino de Thalía había sido envenenado, y debido a ello, los monstruos más fuertes podían ingresar al campamento. Clarisse se había ofrecido a formar una patrulla de frontera, y el nuevo director de actividades del campamento no se había opuesto, es más, la había halagado por ofrecerse. Cuando me entere que habían cambiado a Quirón por ese loco, lloré mucho, pero el centauro me había dicho que todo estaría bien y yo...

—¡Adhara me duele!

Miré a Butch con pena.

—Lo lamento, Walker —expresé mientras le sacaba el paño de la herida—, he vuelto a divagar.

Butch Walker era un hijo de Iris, un excelente jinete de caballos a decir verdad.

—Te pondré un poco de ungüento y estarás como nuevo —dije mientras sacaba la pasta que robamos con Harry.

—Gracias —miró por la ventana de la enfermería—. Esos toros si que son duros.

—Si lo son —respondió Lyra ingresando por la puerta con otro mestizo herido—. Colin Fray, un hijo de Hermes.

—¿Qué le sucedió? —cuestione acercándome a ayudarla.

—Tiene bastantes quemaduras y la mano derecha bastante inflamada.

Lo recostamos en una camilla.

—¿Cómo te sientes? —le pregunte al mestizo.

—Cómo en el cielo —respondió—. ¿Eres un ángel?

Sonreí.

—Eres muy tierno —miré a Lyra—. ¿Podrías ponerle la pasta para quemaduras a Butch y a Colin? 

—Si mamá —Lyra miró a Butch—. No te dolerá mucho, creo.

Desde la enfermería, escuche una voz que podría reconocerla en cualquier lado.

—Tyson ayúdalo! ¡Yo, Annabeth Chase, te autorizo a entrar en el Campamento Mestizo!

Sonreí al saber que había vuelto, y cuándo quise salir por la puerta, Lee Fletcher me agarró del brazo.

—¿Puedes quedarte un rato más? —me sonrió tímido—. Necesitamos de tus pociones mágicas. 

Mire la puerta y asentí, Annabeth podía esperar.

—¿Con quién necesitas ayuda, Lee?

—Mi hermano Michael, esta con un hijo de Ares —se rasco la cabeza nervioso—. ¿Tienes más de la poción desinfladora?

Asentí. 

Camine hacia mi bolso y saque el frasco de allí, luego me acerque a Michael.

—Hola amiguito —saludé—. Lee me dijo que la necesitas, no le des mas de dos gotas.

El niño de Apolo sonrió y tomo el frasco.

—¿Adhara?

Me acerqué a la camilla de Colin.

—¿Qué sucede? 

—¿Cuánto tiempo estarás ayudando a los niños de Apolo? 

—No lo sé —sonreí—. ¿Por qué preguntas?