Adhara.
Desperté en un bote de remos con una vela improvisada con la tela gris de un uniforme confederado. Apolo se encontraba sentado a mi lado, iba orientando la vela para avanzar en zigzag.
—Despertaste, Cherry.
Quise quejarme de aquel apodo pero me sentía muy cansada para hacerlo.
—Hola Apolo.
El dios del sol sonrió.
—La verdad, no esta permitido hacer esto —murmuró—, pero paseaba por aquí y te vi salir volando por los aires, entonces decidí ayudar.
Le sonreí.
—Gracias, Lester.
Apolo rio.
—Lester es más joven, Adhara —me senté y caí en cuenta de que Percy también estaba en el bote—. Ah si, lo vi y pensé que tu querrías que lo salvase también, agarré algunas de las cosas que tenían.
Vi los regalos de Hermes en una esquina, luego me acerqué a Percy y acaricié su cara.
—¿Nos salvaste? —sonreí—. ¿Qué eres ahora, el dios de la salvación?
—Solo por ti, Cherry.
—Gracias —murmuré.
—No puedo quedarme mucho tiempo —respondió—. Vine a traerte esto —me tendió un dije con un arco y flechas—. Se que no lo usas, pero si quieres algún día podría darte una clase.
Lo miré enternecida.
—Muchas gracias, sunshine.
El dios sonrió.
—Cierra los ojos Cherry.
Cerré los ojos y sentí una brisa de calor, al abrirlos, Apolo ya no estaba.
Tomé la vela e iba en zing zang, buscando algún lado donde poder refugiarnos. Divisé a Percy tratando de incorporarse, pero no lo logró.
— Descansa —le dije—. Vas a necesitarlo.
— ¿Y Tyson...?
Miré el horizonte.
—Sinceramente no lo sé —guardamos silencio mientras las olas nos sacudían—. Quizás haya sobrevivido. Ya lo sabes, el fuego no puede matarlo.
Él asintió.
Las olas rompían contra el bote. Le comenté que Apolo nos había ayudado, y le mostré algunas cosas que había logrado salvar del naufragio: el termo de Hermes (ahora vacío), una bolsa hermética llena de ambrosía, un par de camisas de marinero, una botella de SevenUp y la mochila de Percy, aunque los dientes de Escila la habían desgarrado por la mitad. La mayor parte de sus cosas se habían perdido en el agua, pero todavía tenía el bote de vitaminas de Hermes.
Navegamos durante horas. Ahora que estábamos en el Mar de los Monstruos, el agua relucía con un verde todavía más brillante, como el ácido de la hidra. El aire era fresco y salado, pero tenía además un raro aroma metálico, como si se aproximara una tormenta eléctrica, o algo aún más peligroso. Percy sabía en qué dirección debíamos seguir. Y sabía que nos hallábamos exactamente a ciento trece millas náuticas de nuestro destino, en dirección oeste noroeste. Pero no por eso lograba sentirme menos perdida.
Sin importar en qué dirección virásemos, el sol siempre me daba en la cara. Compartimos unos sorbos de SevenUp y utilizamos la vela por turnos para guarecernos un poco con su sombra. También me habló de su último sueño con Grover.
ESTÁS LEYENDO
¹Adhara Black | HP × PJ
AdventureAdhara Casiopea Black siempre supo que su vida era distinta al modo de vida de los mortales, pero lo que no sabía era que había personas que los llamaban muggles. - Si pertenezco a los dos mundos ¿Los tengo que llamar mortagles? [ Percy Jackson × Ha...