'C.C. y su manía de convertir personas en animales.'

176 29 1
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Adhara Black.

— ¡Bienvenidos! —dijo una mujer que sostenía un sujeta papeles.

Parecía una azafata: traje azul marino, maquillaje impecable y cabello recogido en una cola de caballo. Nos estrechó la mano en cuanto pisamos el muelle. Por la deslumbrante sonrisa que nos dedicó, uno habría creído que acabábamos de descender de la Princesa Andrómeda, no de un bote de remos bastante maltrecho.

Miré extrañada a nuestros costados, la nuestra no era la única embarcación. Los yates llenaban los espacios junto a ellos, junto con un submarino de la Marina de los EE. UU., algunas canoas y un velero de tres mástiles. Junto a él había helicópteros Channel Fie Fort Lauderdale y un avión que parecía de la Segunda Guerra Mundial.

— ¿Es la primera vez que nos visitan? —preguntó la mujer del sujetapapeles.

Percy y yo nos miramos.

— Hummm... 

— Primera... vista... al balneario —dijo la mujer mientras lo anotaba—. Veamos...

Nos miró de arriba abajo con aire crítico.

— Hummm... Para empezar, una mascarilla corporal de hierbas para la dama. Y desde luego un tratamiento completo para el caballero.

— ¿Qué? —dijo Percy extrañado, pero ella estaba demasiado ocupada tomando notas para responder.

—¡Perfecto! —dijo con una animada sonrisa—. Estoy segura de que C.C. querrá hablar con ustedes personalmente antes del banquete hawaiano. Por aquí, por favor.

Ése era el problema: que Percy y yo ya nos habíamos acostumbrado a que nos tendieran trampas. Y normalmente esas trampas tenían al principio buen aspecto. Pero, por otro lado, llevábamos casi todo el día flotando en un bote de remos en el mar de los monstruos. Estaba acalorada, cansada y hambrienta, y cuando aquella mujer mencionó un banquete hawaiano, y el spa... no sonaba mal la idea.

— No perdemos nada —murmuré.

Vaya si no podíamos perder, pero aún así seguimos a aquella mujer.

Era el lugar mas hermoso que he visto, y eso que he estado en el Olimpo y en Hogwarts. Parecía casi salido de una película. Había mármol blanco por todas partes. La ladera de la montaña se iba escalonando en amplias terrazas, con piscinas en cada nivel conectadas entre si mediante toboganes, cascadas y pasadizos sumergidos que podías cruzar buceando. Las fuentes rociaban agua, adoptando formas imposibles. Fruncí el ceño al ver la expresión de Percy.

—¿Te encuentras bien? Te veo pálido.

—Si —respondió—. Es solo... sigamos andando.

Sabía que mentía, pero lo deje pasar.

¹Adhara Black | HP × PJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora