'Mamá me regala una cuchara'

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•Si entiendes a las serpientes te convierten en la heredera de Slytherin, que absurdo

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•Si entiendes a las serpientes te convierten en la heredera de Slytherin, que absurdo.•

Lyra.

La mañana siguiente, el castillo estaba más oscuro de lo normal en pleno día, a causa de la nieve espesa y gris que se arremolinaba en todas las ventanas. Tiritando, pasé por las aulas en que estaban haciendo clase, vislumbrando algunas escenas de lo que ocurría dentro. La profesora McGonagall gritaba a un alumno que, a juzgar por lo que se oía, había convertido a su compañero en un tejón. Aguantando las ganas de echar un vistazo, seguí con mi camino. Me encontré con el niño Potter, a juzgar con lo que mamá Adhara decía, si tenía un parecido con Percy. Ambos tenían los ojos verde, aunque los de Harry eran como esmeraldas y los de Percy como el mar. Su cabello era negro azabache, y si el niño Potter no fue tan delgado, podría confundirlo con Percy si los ponen a los dos juntos a diez metros de mi vista.  

Harry me había preguntado si había vista a Justin Finch-Fletchley, y como el único Justin que conocía era Bieber, le dije que no lo había visto. 

—Lyra —dijo Harry antes de marcharse—. ¿Tú también entendiste a la serpiente, no? ¿Sabes que yo le dije...?

—¿Qué tu le dijiste que lo deje? Si, yo también lo oí Harry.

Suspiro aliviado.

—¿Necesitas algo más? —pregunté, tratando de no sonar grosera.

—Oh no, gracias.

Y Harry se marchó.

Seguí con mi paseo por el castillo. Snape -sorprendentemente- me había dejado ausentarme a las clases de hoy. Camine sin sentido alguno, con la única compañía de la voz de mi conciencia, o quizá algún dios, ya no sabía distinguirlos. Si algún dios esta escuchando esto, es una completa invasión a mi privacidad. 

Apresure mi andar cuando escuche el grito de Pevees, el poltergeist que habitaba en Hogwarts. 

—¡AGRESIÓN! ¡AGRESIÓN! ¡OTRA AGRESIÓN! NINGUN MORTAL NI FANTASMA ESTÁ A SALVO! SALVESE QUIEN PUEDA! AGREESIÓÓÓÓN!

Cuando llegué allí, pataplún, patapán, pataplún: una puerta tras otra, se fueron abriendo todas las que había en el corredor, y la gente empezó a salir. Durante varios minutos, hubo tal jaleo que por poco no aplastan a un niño y atraviesan el cuerpo de Nick Casi Decapitado, quienes estaban petrificados.

Los alumnos acorralaron a Harry contra la pared hasta que los profesores pidieron calma. La profesora McGonagall llegó corriendo, seguida por sus alumnos, uno de los cuales aún tenía el pelo a rayas blancas y negras. La profesora utilizó la varita mágica para provocar una sonora explosión que restaurase el silencio y ordenó a todos que volvieran a las aulas. Cuando el lugar se hubo despejado un poco, llegó corriendo Ernie, el de Hufflepuff.

¹Adhara Black | HP × PJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora