El Chico De Omegle || Jaden Walton

𝐂𝐚𝐩 𝟏𝟒

SABADO 6:10PM

Jaden

Mis compañeros de equipo y yo salimos a las gradas separadas para los jugadores y mirabamos el primer juego, era un juego que no entraba en la competencia semi–final.

Era de dos quipos mas bajos que nosotros, eran de séptimo grado. Eran niños menores  que nosotros, los dos equipos jugaban bien.

Cada vez que uno de los niños le daba a la pelota, la familia gritaba lo más fuerte. Hubó un momento en el que me refleje en uno de los niños, el niño estaba por batear cuando la pelota se fue rozando al bate.

—¡Strike 1!—se escuchó.

La familia gritaba para motivar al niño y el pitcher se preparaba para lanzar otra vez, la lanzó y el niño esta vez si le dió.

La familia gritaba emocionada y el niño no oaraba de correr hasta pararse en la base 1.

Recorde las miles de veces que pasé por eso y mi familia y amigos me gritaban para motivarme, algunas veces lo fallaba hasta el strike 3 y me sentía muy mal pero ellos no paraban de recordarme lo bien que lo hice.

Voltee a ver a mi familia que estaba sentada a unos metros en las gradas y sonreí, amaba saber que siempre estaban para mí.

Mire a Javon buscando algo con la mirada y lo ignore.

Seguro buscaba al de la comida.

7:00PM

Continuamos viendo el juego hasta que término.

Y ahira nos tocaba entrar a nosotros y al equipo contrario para calentar un poco.

Los nervios no tardarón en volver, algo me pasaba y no sabía que.

Los nervios recorrían todo mi cuerpo pero no dejaría que me controlaran por completo.

Los iba a controlar.

SABADO 6:00PM

Abi
Corría con mi maleta por todo el aeropuerto de Atlanta.

Era super tarde.

Se suponía que tenía que estar a las 5:30pm en el campo donde jugaría Jaden.

Subí a uno de los taxi's que estaban afuera y le di la direccion que Javon antes me había dado.

Que vergüenza, llegaría al campo con todo y mi maleta.

Y lo peor, en pants y una blusa normal.

Días antes Javon me había llamado para ofrecerme venir hasta Atlanta, quería que Jaden me viera el día el juego. Le rogé a mi mamá por el permiso y al final me dijo que si, firmo la hoja del aeropuerto para dejarme viajar sola y ya estoy aquí.

Media hora tarde.

—¿Falta mucho?—le pregunté al taxista.

—Son como media hora de caminó, señorita—me iba a morir.

—¿Podría ir más rapido, por favor?