El Chico De Omegle || Jaden Walton

50

Jaden

—¿A qué hora será la próxima práctica?—pregunté limpiandome el sudor de las mejillas.

—Mañana a las 6 de la tarde, el entrenamiento acabaría a eso de las 9 de la noche.

Comenzaban los ensayos pesados

Tome mi maleta con las cosas que ocupaba en cada práctica y caminé al coche. Aun sentía la tierra pegada a mi cuerpo y era algo incómodo. Guarde las cosas en el maletero y me dí camino a casa.

Eran las 7 de la tarde y el sol ya estaba metiendose.

Llegando llamaría a Abi

Una pequeña sonrisa se formo en mi rostro al recordar la llamada que tuvimos en la noche. Era la primera vez que dormía en llamada con alguien y fue algo que sentí bonito.

Despertar de la nada en la madrugada y escuchar su respiración lenta y uno que otro suspiro, era lo mejor.

Amaba a Abi

Estacione el auto frente a la casa y me adentre en ella.

Corrí a darme una ducha y en cuanto terminé de cambiarme, me recosté en mi cama.

Mis párpados comenzaban a pesar del sueño y cansancio pero no podía dormirme, tenía que llamar a Abi.

Tomé mi móvil de algun lado de la  cama y llamé. Mis ojos estaban cerrados mientras esperaba alguna respuesta.

—¿Bueno?

Sonreí de inmediato al escuchar su voz.

—Buenas tardes, chica Houston.

—Buenas tardes, Jad. ¿Cómo te fue en tu entrenamiento?

—Bien, algo cansado. ¿Cómo te fue a ti con tu mamá?

Antes de irme al entrenamiento hable con ella por mensajes de texto, acompañaría a su madre por cosas para sus flores y plantas del patio.

—Bien, bien. Justo acabo de terminar mi tarea para mañana.

—Chica inteligente—susurre.

—Si, ¿Jad?

—¿Mhm?

—¿Te estás durmiendo?

—Lo siento Abi, me siento algo cansado de estos últimos entrenamientos y el sueño intenta ganarme...—abrí los ojos para mantenerme despierto y pase una mano por mi rostro.

—Vamos a dormir, ¿Si?

—¿Qué? No, no. Hay que hablar.

—Esta bien que tengas sueño, estás cansado. Vamos a dormir, también tengo sueño.

—¿Podemos volver a dormir en llamada? No quiero colgarte.

Escuché una pequeña risa por su parte.

—Claro, Jad. Acomodate para dormir.

Hice caso y me acomodé mejor en mi cama, me cobije con las sábanas de mi cama, coloque el altavoz de mi móvil y lo deje a un lado mío.

—Descansa chico Atlanta, duerme bien.

—Descansa Abi, hasta mañana.—susurre.

—Te amo, Jad.

—Te amo, Abi.

[...]

—Tengo que ir al centro comercial por un par de zapatos nuevos, ¿Me acompañas?