Ah si es bitches, ahi maraton de 4 capitulos se los debo despues de tanto tiempo sin subir un capitulo pero equis ya esta la primera parte
Capítulo 10
Finn miró atónito a Sam. Casi no podía creérselo. ¿Sam, el chico más mujeriego que conocía, enamorado? Finn frunció el ceño, no sabía que decir.
-Sospechaba algo, pero no estaba seguro... -musitó Finn
-Te contaré desde el principio -dijo Sam lanzando un largo suspiro -bueno, no es como que haya pasado algo importante para quererla, solamente un día me di cuenta que si pudiese besarla lo haría, que si pudiese decirle que fuera mi novia lo haría, y desde entonces comenzó la tortura.
-¿Tortura? -Preguntó Finn
-Es difícil verla cada maldito día de mi vida, y no poder decirle te amo y besarla ¿sabes? Ella es la única chica que en realidad deseo, de todas las formas humanamente posibles... -musitó Sam mientras Finn escuchaba atento -cuando la vi besar a ese imbécil, me hice añicos por dentro.
-¿Te acuestas con todas las chicas solo para intentar...? -Preguntó Finn
-Olvidarla, sí -completó Sam -nunca ha resultado -dijo riéndose amargamente.
-¿Y ahora qué pasó? -preguntó Finn.
-Estábamos bebiendo vodka, porque ella llegó destruida luego de una pelea con una chica, quiso olvidarse de todo... bebiendo, nunca lo había hecho al extremo de emborracharse, pero amenazó con que si no iría a un bar a hacerlo. Es mi mejor amiga y la amo ¿crees que le diría que no? -Sonrieron cómplices -entonces, se emborrachó, más que yo. Estábamos en mi habitación y comenzó a decir que quería besarme, porque quería averiguar como tantas chicas querían estar conmigo, se lo negué, pero comenzó a decir que era muy poca cosa para mí y muchas tonteras, hasta que la tomé y le di un beso... -Sam sonrió al recordar sus labios contra los de ella -al fin y al cabo, aún estoy algo borracho. La cosa pasó a mayores cuando me sacó la camiseta y trató de sacarme los pantalones, la detuve y me encerré en el baño para... relajarme -Finn entendió claramente y soltó una risita -finalmente... se durmió, estuve con ella hasta que tu llegaste.
-Estoy impresionado -dijo Finn finalmente -aunque siempre lo pensé, pero sigues siendo buen actor, ¿hace cuánto te diste cuenta?
-Hace tres años -dijo Sam. Finn siguió con la cara de sorpresa.
-¿Por qué no se lo dices y ya? -Preguntó
-Porque me dejó claro que nunca saldría con un mujeriego, eso quiere decir, que no saldrá conmigo -dijo Sam.
-Pero deberías intentarlo, ya sé, ¿no se acerca el baile de primavera? -Sam asintió -invítala, dile que no quieres ir con ninguna de las huecas que te suelen gustar y que quieres ir con ella.
-¿Crees que funcionaría? -preguntó Sam con cierta ilusión.
-Sí, pero debes dejar de acostarte con estúpidas, debes olvidar la apuesta con Puck, es decir, no ocupes su moto y olvídate que te acostaste con esa profesora -dijo Finn -olvida el sexo y las chicas perfectamente huecas.
-Es complicado -dijo Sam. Finn lo fulminó con la mirada.
-¿La amas o solo es un capricho?
- La amo con mi vida -dijo Sam muy seriamente.
-¿Entonces por qué estás dudando? ¿Tanto te cuesta dejar de tener sexo con chicas huecas? -preguntó Finn arqueando una ceja.
-No es eso... -dijo Sam.
- ¿A qué le tienes miedo Sam? -preguntó Finn -si es tu reputación, ni te ocupes en decirlo.
-¡No! Si ella me amara mi reputación sería lo último que me importaría, solamente tengo miedo a que me rechace, solo imaginarlo me hace trizas -dijo Sam mientras pasaba su mano por su cabello -Arriésgate, si no, nunca sabrás lo que puede pasar. -afirmó Finn -yo me arriesgue y ahora estoy saliendo con Rachel -dijo sonriendo. Sam sonrió también -si quieres puedo hacer que investigue a Quinn, que le pregunte cosas como ¿nunca has pensado en estar con Sam? O alguna cosa así -dijo Finn.
-Pero Rachel entonces sabría que me gusta Quinn, no aún no quiero que nadie más se entere. -afirmó Finn.
-Tienes razón, invítala al baile de primavera, es en dos semanas. -dijo Finn -lo recuerdo perfectamente, allí conocí a Rachel y me flechó, fui tan idiota como para esperar todo un año para arriesgarme. Tú llevas tres. -Sam suspiró largamente.
-Lo haré, creo que debo intentarlo -dijo Sam finalmente.
-Bien hecho -dijo Finn palmeándole la espalda.
Luego de que Finn se fuera, fue a comprobar como seguía Quinn, ella dormía aún, su brazo derecho estaba por sobre su cabeza, algunos cabellos rebeldes le caían sobre el rostro, sus labios estaban entreabiertos. "Preciosa" pensó Sam, hasta dormida le parecía hermosa. Se recostó otra vez junto a ella, estaba dispuesto a cuidarla. Le quitó el cabello de la cara con delicadeza, y le besó la frente, ella se removió, pero inmediatamente se quedó quieta. Sam sonrió, pasó su brazo por su cintura y se quedó dormido.
Ella abrió los ojos y le dolía la cabeza, no demasiado, pero no se sentía del todo bien. Sintió entonces algo atrapando su cuerpo, y vio que no estaba en su casa. Volteó y vio a su mejor amigo dormido profundamente. Sonrió, tenía cara de angelito cuando dormía. Parecía niño bueno, como el que conoció hace unos años. Su mano casi por inercia fue a su mejilla, la tocó con cuidado. Su piel era muy suave. Sam luego de unos segundos abrió los ojos. Ella sonrió al verlo despierto, sus ojos verdes brillaron de ilusión al verla junto a él.
-Hola -dijo Sam finalmente.
-Hola Sammy -dijo ella dulcemente jugando con el pelo del muchacho.
-¿Te duele la cabeza? -preguntó él preocupado.
-Casi nada en realidad -admitió ella -¿hice alguna estupidez? -preguntó algo confusa.
-Eh... no, hablaste incoherencias pero nada... más -mintió Sam. No quería decirle que se besaron, o más bien que casi tuvieron sexo. ¿Serviría de algo? No, además de hacerla avergonzarse profundamente. No quería que ella se incomodara.
-¡Que alivio! -dijo ella con una sonrisa despreocupada.
-Claro -comentó Sam.
-Gracias -dijo ella con dulzura -eres el mejor amigo del mundo Sam -le dio un abrazo en el que prácticamente quedó sobre él. Sam sonrió con cierta melancolía, el frágil y delgado cuerpo de ella estaba sobre él. La sensación de sentir la calidez del cuerpo de la muchacha lo hacía sentir diferente, y por él, se quedaría así para siempre.
-De nada pequeña, saber que haría cualquier cosa que tú me pidieras -dijo Sam mientras acariciaba su cabello.
Luego de un rato, Sam la llevó a su casa, ella le besó la mejilla y entró a su hogar, era bastante tarde, pues habían dormido mucho. El se tocó la mejilla embobado y se fue a su casa. Mañana sería el día, mañana la invitaría al baile de primavera.
