Capítulo 11
Sam se levantó con mejor ánimo. Aún todo lo del día anterior daba vueltas en su cabeza, era prácticamente lo único que podía pensar.
Pasó por ella, excepcionalmente, estaba listo antes que ella. Tocó el timbre, y ella con una sonrisa le abrió. Lo abrazó con fuerza, regalándole una sonrisa de las que lograban derretir a Sam.
-Vamos –dijo él sonriendo. Tomó su mano, entrelazando sus dedos. Ella no dijo nada, no le parecía raro, Sam y ella eran muy cariñosos el uno con el otro, nunca más allá de amigos. O eso creía ella. Llegaron a la escuela, ella por inercia y rutina le soltó la mano –eh, tenemos clase juntos- dijo agarrándole la mano otra vez. Ella frunció el ceño ¿qué le pasaba a Sam? El no solía hacer eso en la escuela... intentó no darle vueltas al asunto.
Entraron a la clase y se sentaron juntos, nunca lo hacían, pues esa clase la compartían con Artie y Rachel. Quinn sentía que Sam estaba diferente hoy, pero no le molestaba. Artie arqueó una ceja cuando llegó y lo vio sentado con ella, así que decidió sentarse con Rachel, que también era una buena amiga.
-Estás muy raro hoy, Evans –dijo ella
-¿Por qué lo dices? –preguntó Sam algo tenso.
-Sueles ignorarme en la secundaria –dijo ella soltando una dulce risa.
-He decidido no volver a ignorarte, todo el mundo sabe que te adoro, es estúpido ignorarnos ¿no crees? –preguntó Sam. Ella aún confusa, asintió.
-Como digas. –dijo ella sonriendo.
El profesor de biología aún no llegaba, hasta que la inspectora les avisó que tenían la hora libre. Artie se acercó a Sam y charló con él mientras Quinn miraba su cuaderno distraída.
-Quinn preciosa, quiero hablar contigo –dijo Sam –pero no aquí –miró a su alrededor a todos sus compañeros, siempre estaban pendientes de todo lo que Sam hacía o no. La tomó de la mano y la llevó hasta los jardines de la escuela. Se sentaron en una banca, ella aún confusa por las extrañas actitudes de su amigo. –está bien.
-¿Pasa algo Sam? –preguntó ella
-Sucede que quiero hacerte una propuesta –dijo Sam mientras pasaba la mano por su cabello. Siempre lo hacía cuando estaba nervioso.
-Depende de que estemos hablando –dijo ella con recelo. A veces las ideas de Sam eran algo... extrañas.
-Está bien, quería saber si... ¿quieres ir al baile de primavera conmigo? –Sam lo soltó sin pensarlo mucho. Espero su respuesta, ella soltó una risa.
-¿Hablas enserio Sam? –preguntó ella. No es que no quisiera, si no que le extrañaba un poco que él no llevara a alguna de las chicas con las que solía estar.
-Claro que sí, pero si no quieres... -ella lo interrumpió de inmediato.
-No es eso tonto, me extraña que no vayas con algunas de las... chicas con las que sueles pasar el tiempo –dijo ella
-No quiero ir con ninguna de esas huecas –confesó Sam
-Bueno, iré contigo Sam–dijo ella sonriéndole con dulzura
-¿En...enserio? –preguntó
-Claro –dijo ella sonriendo. –nadie me había invitado, y sí tú quieres que vaya contigo, no podría decirte que no, sé que me la pasaré genial contigo Sammy–ella le besó la mejilla. Sam sintió como si el corazón le diera un salto. ¡Ella lo había aceptado! Sonrió ampliamente, satisfecho y contento.
-Lo pasaremos genial –aseguró Sam besándole la frente –gracias preciosa, te quiero.
-Yo también te quiero –ella le sonrió otra vez. –me toca química ¿qué clase tienes?
