ONE PIECE - ONE SHOTS

Zoro - verde

- Jamás, pero jamás besaré algo que tenga que ver con el verde. Ni siquiera los sapos, aunque contenga al mejor príncipe de todo el Grand Line. Que asco.

Los dos hermanos se rieron, pero le menor apretó los puños molesto.

- El verde es el color más bonito de todos, idiota - el joven le sacó la lengua y se fue.

Ella se cruzó de brazos - No me gusta este chico. Es un maleducado.

- Tú te has buscado que te trate así - Ichiji se cruzó de brazos.

- Tú te estás buscando que te trate de otra manera, Ichiji. Voy con Sanji, el amarillo es mucho más bonito.

Ella se fue andando con la cabeza en alto.

- No le queda otra, debe casarse con Yonji le guste el verde o no.

Niji sonrió - Será una pareja curiosa de ver.

Pero a medida que crecían ella estaba más convencida de que no se iba a casar con el menor de los Vinsmoke. Y Yonji ya la odiaba con todo su ser.

Odio correspondido claramente.

En la edad adulta, tras tantas batallas y casi perder el reino, llegó el dichoso día.

Él estaba afuera mirando los últimos retoques minutos antes de la boda.

Los invitados iban llegando poco a poco.

Ella se miraba en el espejo, hasta que Reiju llegó y se giró con ganas de llorar.

- ¿No hay manera de salir de aquí?

- Me temo que no. Pero no te preocupes, seguro que en cuanto le deis un nieto a mi padre, él estará feliz y podréis divorciaros. Si no os habéis enamorado antes.

- Llevamos enfrentados años. Una boda no cambiará nada. Y no pienso quedarme embarazada con ese maldito musgo.

- Si te sientes mejor, está vez podrás ver a Sanji.

- ¿Por qué las otras vez se me mantuvo encerrada? Según las sirvientas...

- Mi padre no quería que te escaparas con ellos.

- Oh.

- Señorita, hora de bajar. - anunció otra sirvienta desde la puerta.

Tn y Reiju se miraron. La mayor la tomó de las manos.

- Tn, ahora seremos hermanas.

- Siempre te he querido como una.

- Ahora será más oficial. - Tn bajó la cabeza - Si tan sólo pudiera hacer algo, pero a tí te perseguiría hasta el fin del mundo a ser posible. Eres especial para él, lo sabes.

- Sí. Bien, hora de irse.

A la entrada, Niji la esperaba para llevarla al altar.

- Me gustaría que lo rechazaras en sus narices - sonrió Niji burlón.

- Tu padre me mataría.

- Lo sé. Pero eso sería más divertido todavía.

- Idiota - ella le pegó en el hombro.

Mientras pasaban, vio de reojo a Sanji. Venía acompañado de nakamas interesantes.

Al fin delante de él, sólo los de delante se dieron cuenta de cómo ella había apartado las manos de él y él la había mirado con disgusto.

- Un alfombra verde, ¿por qué no me sorprende? Un color horrible.

- Cierra el pico, a partir de ahora serás mi esposa y...