Perdido en la ciudad que no ve nevar.
Buenos Aires, 2007. Él aprendía a vivir solo cuando la casualidad lo llevó a abrir viejas heridas que creyó haber cerrado y amores que juró haber olvidado. ¿Hasta dónde somos nosotros mismos?
Cristian volvía a...
Sus respiraciones coordinadas en un movimiento tranquilo y la manta tirada en el suelo, porque el calor de su abrazo era suficiente. El calor de su pecho era suficiente. La mañana hacía cantar a los pajaritos y la luz amarilla, suave, entraba lentamente por la ventana.
—Cristian. —La voz dormida de Heungmin sonó en la casa. —Ya es mañana, hay que levantarse —dijo lo último en su idioma. —Cristian.
En ese abrazo que bailara su sentimiento hasta en sus sueños, en sus manos relajadas, en su pecho latiendo en paz. La suavidad de sus movimientos, de su respiración. Los pájaros eran de afuera y ellos eran, por fin, ellos dos.
—Dormí, bebé, es feriado —respondió Cristian, apretándolo de vuelta contra él, incómodo en el sillón donde hasta el gato dormía con ellos. Con el calor de su abrazo, tenía que ser suficiente.
¿Era suficiente?
Ya habría tiempo para pensarlo.
Ya habría tiempo.
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ESPEREN ESPEREN bajen las gallinas las velas los ajos los muñecos vudú todo todo todo
TENGO UNA EXPLICACIÓN
resulta que estuve re-planeando el fic y me quedó muy largo, demasiado. entonces decidí partir el fic en dos para organizarme mejor yo y para la mejor lectura de ustedes 🧘
¡así que sí, los veo en la segunda parte de friday, i'm in love!
próximamente en mi perfil.
atentis (igual les aviso)
¡gracias por leer hasta acá! <3 cuídense ❤️ nos vemos prontito