El jueves pasaba lentamente. Para Cristian, empezaba a ralentizarse aún más cuando estaba en el jardín, sentado con Karen. No quería mirarla. Prefirió estar con los ojos encima de la cámara que había traído para grabar a Valentino.
Era curioso como Karen actuaba como si nada después del beso. Para él tampoco había significado mucho, la verdad, sólo un recordatorio que su sabor era insulso y que seguirle el paso es una locura. A veces se sonreían uno al otro, fingiendo. Cristian lo sentía así y le daba lástima que Karen tenga todavía ese brillo cuando lo miraba.
—¿Dónde conseguiste la cámara?— preguntó Karen tratando de charlar un poco.
—En la avenida— contestó únicamente.
—Qué lindo. Valen me había dicho que quería una. Ahora entiendo de dónde sacó la idea— Risita. Trató de dar su sonrisa más bonita, pero nada. Cristian no la miraba.
Deseaba que fuese viernes de una vez.
El ruido de los murmullos lograban hacerlo poner más ansioso en su lugar, moviendo el pie izquierdo de arriba a abajo. Parecía que no encontraba paz en ningún lado, como si la culpa lo persiguiera, como si todo estaba mal, incluso si ella estaba a su lado.
Sus emociones empezaban a arremolinarse, y le molestaba que sea siempre su corazón el que estaba en contra de su propia moral. Cristian no quería estar ahí con ella, pero debía. Valentino saldría en cualquier momento.
—¡Ahí salen, ahí salen!— La rubia le golpeó el hombro, llamándole la atención con emoción casi de chiquita.
Cristian levantó la cámara y, tardando un poco, empezó a grabar. La sala estaba en silencio y Valen estaba agachado. Se tomó su tiempo para saludar a sus papás y volvió a agachar la cabeza.
¿Estaba cometiendo un error?
El jueves pasaba lentamente.
Cristian no sentía nada.
relajense 1n toque
bue se enojaba perdón perdió el totte soy este
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Friday (I'm in Love) | Cutison.
Hayran KurguPerdido en la ciudad que no ve nevar. Buenos Aires, 2007. Él aprendía a vivir solo cuando la casualidad lo llevó a abrir viejas heridas que creyó haber cerrado y amores que juró haber olvidado. ¿Hasta dónde somos nosotros mismos? Cristian volvía a...