Miércoles. Por suerte. Cristian miraba la pava empezar a tirar humito y levantó la tapa con una agarradera viejita que tenía por ahí. El ruido de la pava calentándose y a Marmolado ronroneando eran un ambiente tan hermoso de tardecita que deseaba que no fuese interrumpido nada.
—Che, negro— Pero bueno, estaba Paulo en casa y, aunque su voz era un poco molesta, no podía echar a su amigo ya que lo había invitado él. Cuando lo llamó, Cristian se giró, encontrando al muchacho de ojos claros agachado, acariciando a su gato. —¿Viste de qué me enteré?—
—¿De qué te enteraste ahora?— Se reía sabiendo que su amigo era el clásico chusma.
—A que no sabés quién anda por Italia— Se levantó, incorporándose para después, con aires de altanero, se recueste contra el respaldo de la silla.
—¿Quién?— dijo sin mucho interés, volviendo a mirar la pava para cuidar que no hierva.
—Lautaro—
—¿Eh?—
Rápido se volteó Cristian mirando a Paulo que sonreía altanero, llevando sus manos a la nuca, recostado en el respaldo, como si supiera que la información le importaría. Su corazón desbocado latía como aquella vez. Una presión en la garganta y un pensamiento de haber creído oir mal.
—¿El Martínez?— murmuró. Tragó duro. Garganta apretada.
—Sí, boludo, el porteño del colegio— explicaba Paulo ahora apoyando sus codos encima de la mesa de la cocina, mirando a Cristian. —No sé qué onda. Me contó mi viejo la otra vez—
Cristian no dijo nada, sólo quedó con la mirada perdida ahora pensando, como si estuviera trabado. Recordaba a Lautaro, ¿cómo no? ¿Cómo no recordarlo?
—Me acuerdo cuando se dieron un pico en el colegio sin querer— La carcajada de Paulo lo sacó de sus pensamientos. —Me acuerdo que mi viejo nos dijo que no nos juntemos con él porque era re puto, dios— Negaba con la cabeza, riendo. entonces, levantó la cabeza y notó: —Che, la pava—
El agua hirvió. Apagó la cocina.
Mirando a las paredes despintadas de su cocina, recordó esa vieja herida en su corazón que daba vueltas. Un suspiro largo salió de su boca con sutileza para no alarmar a Paulo. Cinco años desde que dejó Córdoba, un par más desde que tuvo que dejarlo ir.
—Fue sin querer, ¿no, Cris?— retomó el tema Paulo pero con seriedad al notar el cambio drástico de su compañero. Quizás no debió tocar el tema.
A veces creía que volviendo a Córdoba podría volver a encontrarlo, quizás en su casa de madera con una galería enorme, arreglando la bici dada vuelta que siempre se le salía la cadena. Todavía tenía muchas cosas para decirle. Que todo fue sin querer, que no quería, que había sido… sólo una etapa. Sólo eso.
Pero nada.
—Y sí, boludo— Cristian se reía mientras volteaba con la pava. El humo salía de todos los agujeros de la de aluminio. —Está pa' pelar chancho esto, ¿esperamos?—
—Tomamos así. Ya estoy acostumbrado a tomar mate hervido con vos. Parecés porteño ya—
—Callate, culiao—
Y se rieron aligerando esa tarde de miércoles que caminaba lentamente hasta el viernes.
me gustó esto del formato de alternar capitulo largo y corto es como re de mi estilo o sea re trol pero trol de engaño no trol de trolo onda soy re trolo pero también trol sin o
en otras noticias ya tengo el fic completamente armado así que decreto ya mismo que
EDIT:
CASI ME OLVIDÓ LA CÁBALA AMIGO NOOOJJJDJGsi mañana gana el tottenham, actualizo doble 👍 listo arreglado
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Friday (I'm in Love) | Cutison.
FanfictionPerdido en la ciudad que no ve nevar. Buenos Aires, 2007. Él aprendía a vivir solo cuando la casualidad lo llevó a abrir viejas heridas que creyó haber cerrado y amores que juró haber olvidado. ¿Hasta dónde somos nosotros mismos? Cristian volvía a...