—Gracias —le dijo Heungmin en medio del abrazo, con su voz tapada por el hombro de Cristian.
—No te voy a dejar solo, ¿sabés? —El agarre era más fuerte entre ellos. —Contá conmigo para lo que sea. Quiero estar ahí.
Cristian le dejó un beso en el cuello. Uno suavecito. Con esas cosquillitas Heungmin no pudo aguantar más esas lágrimas que amenazaban con hacerlo llorar. No se dio cuenta cuando la primera lágrima cayó, ni la segunda, pero a la tercera se aguantó las ganas. Cerró los ojos fuertes y se guardó todo de nuevo.
Estaban en medio de la vereda abrazados, pero parecía que el mundo era aparte de ellos dos. Los autos pasaban y eran ignorantes a todo lo que estaba pasando. En ese momento, justo ahí, parecía que eran ellos dos contra el resto.
—Si estás vos, voy a estar yo —repitió Cristian, como dijo la vez que se besaron. Ahora sintió que era él que apoyaba su cara en el pelo de Heungmin.
Quizá no era el único que necesitaba ese abrazo.
—Tengo frío —se quejó Heungmin.
Cristian, aprovechando la cercanía, se movió rápido. Preocupado le frotó los brazos al otro, tratando de que no pierda calor.
—Y sí, mirá cómo venís abrigado. —Negaba decepcionado. Se separó de Heungmin para, entonces, sacarse la campera que traía puesta. —Tomá, ponete. —Y no esperó a que agarre el abrigo porque Cristian se lo puso por arriba de los hombros.
—Pero-
Iba a objetar algo, pero no le dejó.—Yo voy en auto, no te preocupes.
—Yo también —Levantó una ceja.
—Pero llevate la campera, nene. Te la estoy dando.
La risa de Heungmin se hizo oír en carcajada por el comentario, quizá porque estaba nervioso, quizá porque estaba feliz. Le dio un golpecito en el brazo, también.
Todavía medio en risas tontas se subieron al auto partiendo del lugar, yéndose a casa. Mientras el auto avanzaba por la avenida anaranjada por las luces, Heungmin se acomodó la campera de Cristian, pasando sus brazos por las mangas para, después, cerrarse el cierre. En una mirada rápida, el dueño de la campera lo vio y sonrió como un tarado.
—¿Viste? Te queda mejor que a mí —decía Cristian con la mirada al frente, tan sonriente que casi brillaba. —Después me la devolvés.
—¿Cuando baje?
—No, no, el viernes si querés.
El viernes.
Recordó todo ese momento cuando ya estaba en su cama, oculto de Guesung. Una silla trababa la puerta.
La campera de Cristian era deportiva, de un equipo celeste que no conocía. Estaba colgada en su armario, iluminada por la luz nocturna que entraba por la ventana. Se levantó, la agarró y se volvió a acostar, inspeccionándola ahora desde su cama, Acostado, levantando la campera en sus brazos extendidos arriba.
La miró, la giró, la observó. Tenía un par de manchitas y se notaba que era de hace un tiempo por las pelucitas en la tela. Leyó el logo, girándolo porque era circular. Club Atlético Belgrano.
Entonces... Esto es lo que le quedaba de Cristian hasta el viernes.
La abrazó y contó: lunes, martes, miércoles...
Faltaba mucho para el viernes. Se puso de costado, todavía abrazando la campera, creyendo que de esa manera, podía sentirse en casa de nuevo.
amigo no sé q poner en la nota final tipo el fic se está haciendo re largo y ya no tengo qué carajo decir
eso que no vamos ni por la mitad KJJJJJ me van a tener rompiendo las bolas hasta el año q viene capaz
creo bah o sea miren mi plan BUE les re spoleaba
y faltan más muchos más pero hasta ahí muestro pq sí sino les paso el calendario entero y ven como se manejan uds
así que 👍 bah creo que 👍 pq tan 👍 no creo que sea
bueno coso
👍
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Friday (I'm in Love) | Cutison.
FanficPerdido en la ciudad que no ve nevar. Buenos Aires, 2007. Él aprendía a vivir solo cuando la casualidad lo llevó a abrir viejas heridas que creyó haber cerrado y amores que juró haber olvidado. ¿Hasta dónde somos nosotros mismos? Cristian volvía a...