Ninguno de los dos abrió la boca mientras caminaban hacia la salida, hasta que una de las camareras llamó a Minho.
- Eh, Minho, ¿adónde vas? ¿No habíamos quedado para salir cuando terminara mi turno? - Como todas las chicas del club, aquélla llevaba un vestido muy corto, mucho maquillaje y le dedicaba una sonrisa de lo más sensual.
- Lo siento, Olivia. Tendremos que dejarlo para otro día, tengo un encargo que cumplir.
La chica puso mala cara y miró a Jisung con antipatía.
- Pues si terminas con tu encargo antes de las dos, todavía estaré aquí. Te prometo que puedo darte mucho más que él - añadió con una mirada seductora.
Jisung apretó los dientes para no insultarla, lo que le costó cierto esfuerzo.
Minho sonrió a Olivia y le dijo:
- Te veo mañana - colocando la mano en la cintura de Jisung, le dirigió hacia la salida.
El periodista esperó a que la puerta se cerrara del todo para respirar profundamente.
-¿Uno de tus incentivos laborales? - preguntó con dulzura.
- Es una buena chica - dijo el pelinegro sacudiendo la cabeza.
Jisung tenía preparada su respuesta sarcástica, pero se calló. «¡Hombres! Betty la Fea era una buena chica, Olivia es un putón verbenero. - Aquel encuentro había despertado la curiosidad en él - ¿Se acuesta con todas las camareras?» La vocecita en su cabeza respondió: «¿Y a ti qué te importa? ¿No querías un polvo sin ataduras? Que te cuente como uno más. Te vas y se acabó.»
Caminaron en silencio hacia el coche de Jisung. Con un gesto de la mano, Minho le pidió las llaves. Jisung le miró fijamente. Aquellos ojos negros no decían nada. Quería saber qué estaba pensando. Reprimiendo un suspiro, le puso las llaves en la mano de mala gana. Él no dijo nada, le abrió la puerta del coche y luego dio la vuelta hasta el asiento del conductor. Se sentó, ajustó el asiento a su medida y arrancó.
Al salir a la carretera, un todoterreno Wrangler se situó justo detrás de ellos. Jisung observó por el retrovisor y vio a Samuel al volante.
- Hay que ir en dirección sur... - indicó Jisung.
- Sé adónde vamos - lo cortó él - ¿Hay algún cartel de Heat en tu edificio?
- No. No queríamos que los ladrones de la zona vinieran a robarnos el equipo de audio y vídeo...
- Bien - dijo él antes de volver a sumirse en el silencio.
Jisung siempre había creído que su coche era espacioso, pero Minho parecía llenarlo por completo. No podía dejar de mirar sus brazos a escasos centímetros de él. El aroma de su colonia lo excitaba. «Deja de ponerte cachondo y empieza a pensar», se dijo.
- Me has protegido otra vez. Gracias - acabó diciendo.
- Wang es un tipo peligroso, Jisung. Deberías mantenerte lejos de él.
Su vena periodística le empujó a seguir preguntando.
- ¿Por qué? ¿Qué pasaría si no lo hiciera? - Jisung apartó la vista de la carretera y le miró fijamente. - Esto no es un juego. Deja de actuar como si lo fuera. No te conviene cruzarte en el camino de Jackson.
- ¿Por qué? Dímelo, no te involucraré en esto.
El resopló y volvió a fijar la vista en la carretera. - Si sigues metiendo las narices en este asunto, lo pasará mal mucha gente. Yo te he ayudado esta noche, pero no volveré a hacerlo. Tienes que olvidarte de todo esto.

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Bad Boy
FanfictionComo propietario y editor jefe de Heat, la revista digital más caliente de Dallas, Han Jisung está dispuesto a todo para conseguir una buena historia, incluso a colarse en el Club 69, donde no todo es lo que parece.