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|Seúl, Enero 2000|

Kang y Eunyong nunca pudieron tener hijos, un día decidieron rendirse a vivir ellos dos solos hasta que, justo a unos cuantos meses de mudarse a Los Angeles vieron un anuncio sobre un orfanato a las afueras de la ciudad que necesitaba ayuda económica. Eunyong se caracterizaba por ser sumamente caritativa en esos aspectos, así que no lo pensó más y fue a ayudar, pero con lo que no contaba Eunyong era que se enamoraría de un pequeño que había sido abandonado ahí.

–Ay por Dios, ¿quién es ese pequeño de ahí?– Le preguntaba Eunyong a la madre Alice.

–¿Él? Oh, él es el pequeño cookie. Adora las galletas y así le pusieron los demás niños.– Decía la madre con felicidad.

–¿Y cómo fue que terminó aquí?.

–Es complicado, su madre era soltera, se embarazó de un tipo que jamás volvió a ver, no comió durante meses debido a que no tenía ningún lugar a donde ir, tengo entendido que sus familiares vivían en Corea del norte por lo que ella escapó de ahí, un día llegó a la iglesia del pueblo a punto de dar a luz, varias de nosotras ayudamos para que tuviera al bebé, le dijimos que podía quedarse a vivir aquí un tiempo pero ella escapó esa misma noche no sin antes dejar una nota donde decía que nos quedaramos con el bebé porque ella no podía cuidarlo, días más tarde nos enteramos que murió debido a la pérdida de sangre y su mal estado de salud.– Contaba con tristeza.

Es decir que literalmente ¿el pequeño creció aquí?.– La madre asintió con la cabeza. —Kang, ¿escuchaste eso?.– Tocaba su pecho, sentía una enorme tristeza por el pequeño Cookie.

–Eunyong, no pensaras adoptarlo ¿verdad?– Preguntó molesto. Eunyong no dejaba de mirarlo, era tan lindo, tan hiperactivo y juguetón, tenía una sonrisa que la derretía, definitivamente quería que se fuera con ella. —¿Eunyong?.

–Es que míralo, está aquí tan solo, es tan pequeño, tan lindo.

–Eunyong, no podemos adoptarlo, ni siquiera sabes que papeles necesitas.

–No me importa que tenga que hacer, yo quiero adoptarlo.– Miró a Kang con decisión. Él suspiro pesadamente.

–¿Qué necesitamos hacer para adoptar a la galleta?.– Se dirigió a la madre.

Después de meses y meses de papeleo por fin pudieron registrar al pequeño, el nombre elegido fue Jungkook por el parecido a su apodo, y Kang le dió su apellido. Unos días antes de terminar Enero fueron por Jungkook, habían acordado intentar una historia para que el pequeño no supiera de la adopción.

–Hola Cookie, ¿cómo estás?.– Preguntaba Eunyong con dulzura.

Estoy triste.

–¿Por qué estás triste?

–Mi amigo está enfermo y no ha podido salir a jugar conmigo.

–Estoy segura que se recuperará pronto.– Alboroto su cabello. —Pero justo ahora hay algo que quiero decirte.

–¿A mí? ¿Qué es?.

–Bueno Cookie, tengo que decirte que yo soy tu mami.– El pequeño Jungkook abrió los ojos sorprendido ante la mujer. —Sé que suena extraño, pero cuando naciste tuvimos que dejarte aquí por un tiempo mientras mami y papi trabajaban para darte una vida mejor, pero he venido por ti para ir a casa ¿quieres?.– Sonrió y le extendió la mano.

[ Querido Taehyung ] -𝚃𝙰𝙴𝙺𝙾𝙾𝙺-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora