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Capítulo 9: ¡Felicidades Valentina!
Después de la visita de los Delacorte mi vida transcurrió igual de bien de cómo había sido. Ya llevaba alrededor de dos semanas viviendo con mis padres y la verdad me encantaba vivir con ellos, eran lo que siempre esperé que fueran: unos padres amorosos. Con los Delacorte todo iba muy bien, Mariana y yo habíamos trabado una muy buena amistad, a Paula solo la había visto el día que vino a casa, con Fabián y Catalina me llevaba muy bien, en especial con Catalina, ella me había tomado mucho cariño. Con Alejandro todo iba bien, como había dicho mi padre, congeníamos enseguida sin importar los dos años que él me llevaba de diferencia.
Me levanté por el sonido del despertador que programé y al pasar por la ventana, me di de cuenta que estaba lloviendo. ¡Oh no! El cumpleaños de Valentina era ese día, y como todos los años, ella haría una pequeña fiesta con los muchachos de la Parroquia, pero si seguía lloviendo tal vez no hicieran nada y Valentina estaría más triste.
Sin hacerle caso al mal tiempo, entré al baño, tomé una ducha, me cepille los dientes y busqué algo cómodo para ponerme. Termine eligiendo un vestido verde lima sin tiros y unos zapatos blancos. Me estaba peinando cuando alguien tocó la puerta de mi habitación.
-Pase- dije mientras me seguía peinando frente al espejo.
-¿Y tú tan bien arreglada?- preguntó mi madre entrando.
-Ehm...... Hoy es el cumpleaños de Val, ¿recuerdas?
-¿Hoy?- respondió poniendo su mano en la cara en señal de que lo había olvidado.
-Sí, te dije que iría a pasarme todo el día con ella y con las Sores.
-Lo siento Rocío lo olvidé por completo- dijo parándose detrás de mí.
-Está bien no hay problema- dije sonriéndole a través del espejo - ¿te pasa algo?
-No, es que, Mariana está aquí. Ella vino a pasar el día contigo pero no te preocupes, yo le digo que vas a salir y que venga en otro momento.
-NOOO- la detuve – cómo le vas a decir eso. Mariana puede venir conmigo. Total, tenemos la misma edad las tres y sé que ella se llevará muy bien con Val.
-Bueno siendo así le diré que suba mientras le aviso a Catalina de que ella saldrá contigo- y salió de mi habitación.
Yo seguí peinando mi cabello. Cuando terminé, fui a buscar el regalo que le había comprado a Val. Hace tres años habíamos pasado por una joyería cuando volvíamos del colegio y ella vio una cadena de oro blanco con un dije en forma de sirena con diamantes turquesa. Valentina quedó enamorada de la cadena al instante pero esta era muy cara y nosotras no teníamos dinero para comprarla. Así que pensé que este sería un buen momento para hacerlo. Sabía que a ella le iba a gustar mucho.
-Me dijo Lucía que vamos para un cumpleaños- reconocí la voz de Mariana entrando a mi habitación.
-Si- le respondí desde mi closet donde seguía buscando la cadena de Val.
