Capítulo 22: Confesiones

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Capítulo 22: Confesiones

Cuando la alarma sonó solo quería apagarla. Me había acostumbrado a despertarme tarde y me iba a costar tener que volver a las viejas normas. Me senté en la orilla de mi cama  mientras veía a Laura y a Janil despertarse como si fueran más de las diez de la mañana cuando en realidad ni eran las seis.

Haciendo un gran esfuerzo me paré de mi cama para entrar al baño después de que ya las chicas habían salido. Me asee y me puse el uniforme para ir a la oración de la mañana antes del desayuno.

-Buenos días niñas- nos saludó Sor Eloísa cuando entramos a la iglesia.

-Buenos días Sor- le respondimos las tres.

-¿Estás bien Rocío? Te noto cansada- me habló la Sor.

-Todo bien Sor, no se preocupe- le respondí al tiempo que me arrodillaba frente al altar.

Esta vez, la oración le tocó a Sor Kirsy la cual hizo una reflexión de la palabra muy buena y que justamente se adecuaba a cómo me sentía en ese momento: dejar algo que queremos por algo que es mejor. Después de la oración fuimos al comedor a desayunar donde ya Lola nos esperaba con pan tostado y una taza de chocolate bien caliente, como nos gustaba.

Después de desayunar fuimos a lavar los platos a la cocina con Lola y Sor Canela. No habíamos terminado bien de fregar cuando Sor Kirsy entró a la cocina.

-Rocío, Sor Eloísa quiere verte.

-Gracias- y me quité el delantal para ir a la oficina de la Sor. Cuando estuve frente a su puerta toqué para entrar.

-Pase- respondió la Sor.

-¿Quería verme?- pregunté mientras entraba.

-Sí, cierra la puerta Rocío- lo cual hice - ¿Cómo amaneciste?

-Pues algo cansada pero es que tenía mucho que no me despertaba a las 5:20 de la mañana, pero ya me acostumbraré de nuevo- le dije sentándome en una de las butacas.

-Que bueno- dijo sonriendo – ¿sabes por qué te he llamado?

-La verdad no Sor.

-Quiero que me cuentes cómo te fue con tus padres- dijo mirándome seriamente – y quiero toda la verdad.

-¿Usted ya habló con ellos?- pregunté nerviosa. Por el tono en como me lo dijo supuse que ya mis padres le habían contado lo que pasó entre Alejandro y yo.

-Eres tú quien dentro de cinco meses debes iniciar el Postulantado, no tus padres, por eso te lo pregunto a ti y no a ellos- dijo recostándose de su asiento y yo respiré aliviada.

-¿Qué es lo que quiere saber entonces?

-Ayer te pregunté si todas tus dudas estaban resueltas y me dijiste que sí aunque no sé por qué tengo el presentimiento de que no es así- dijo la Sor mirándome fijamente.

-Pues las dudas que tenía respecto a mis padres si están resueltas- le dije algo incómoda – es solo que algunas cosas no terminaron bien debido a mi partida.

-¿Con tus padres?

-No, con ellos todo esta excelente, es con otra persona.

-¿Se puede saber con quién?

-Con todo el respeto que se merece Sor, prefiero hablar eso con el Padre Rafael hoy cuando me confiese, verá que después de hablar con él toda duda se aclarará. Él es una persona muy sabia.

-Me gusta que pienses así- dijo ahora sonriendo – si quieres hablarlo con él yo respeto tu opinión, lo importante es que lo digas y no te quedes con eso guardado. Por mí no te preocupes, no soy padre para que me estés confesando ese tipo de cosas- dijo riendo.

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