Capítulo 12: Sorpresas

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Capítulo 12: Sorpresas

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Capítulo 12: Sorpresas

Otro mes había pasado desde que vivía con mis padres. El tiempo pasaba tan rápido que en un abrir y cerrar de ojos ya era noviembre. ¡Se acercaba la navidad! La navidad siempre había sido mi época favorita del año y este sería especial porque la iba a pasar con mis padres por primera vez.

Después de saber de la existencia de Jeremías, para mí todo fue felicidad. Compartía con él casi todos los fines de semanas. Mi amistad con Carla se había vuelto más fuerte ya que ambas teníamos algo en común: Jeremías.

Era sábado y aún estaba acostada en mi cama sin ánimos de pararme cuando escuché a mi madre que se acercaba a mi puerta hablando con varias personas. Me tapé con la sábana para que creyeran que aún dormía cuando mi madre abrió la puerta. Sentí cuando se sentó a mi lado y quitándome la sábana de encima se acercó a mí.

-Se que estás despierta vaga- me dijo al oído al tiempo que me hacía cosquillas.

-Argh- gruñí.

-Levántate que tienes visita- me dijo.

-¿Quién se aparece un sábado tan temprano a visitar a alguien?- pregunté de mala gana pues no tenía ánimos de levantarme aún.

-¿Aparte de ....?

-Carla y Mariana- la interrumpí. – Es que con ellas ya no hay remedio.

-Pues yo no sé quiénes son Carla o Mariana pero te aseguro que no soy una de ellas- respondió una voz desde la puerta.

No sé si fue mi imaginación o qué pero esa voz me era muy familiar. Me voltee para ver quién era y se me quiso caer la cara de la vergüenza al verlas allí.

-¡Oh por Dios!- exclamé por la vergüenza.

-Hola Rocío- me saludaron.

-Perdón perdón perdón perdón perdón y perdón- me excusé mientras iba a abrazarlas.

-No te preocupes- dijo riendo Janil.

-¿Qué hacen ustedes aquí?- les pregunté mientras las llevaba al balcón para sentarnos.

-Ya que tú no nos visitas decidimos hacerlo nosotras- respondió Laura.

-Oh chicas lo siento mucho, sé que las tengo algo abandonadas- dije con tono triste.

-Lo imaginamos- respondió Janil.

-¿Las dejaron venir sola?- les pregunté al darme cuenta de que solo estaban ellas.

-Eso jamás- respondió riendo Laura – Sor Canela está abajo hablando con tu papá.

-Tengo que ir a saludarla entonces- dije poniéndome de pie para bajar al primer piso.

-¡Rocío!- me llamó mi madre.

-¿Qué?

-¿No crees que debes bañarte primero?- y rió al tiempo que yo me daba cuenta de que aun estaba en pijamas.

Doble VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora