Capítulo 1: El inicio de algo nuevo.
Estaba sentada en el suelo mirando hacia la calle, viendo como los niños se bañaban mientras caía la lluvia, hundida en mis pensamientos que no me daba cuenta de que se me estaba mojando el ruedo del pantalón. Empecé a jugar con el pequeño charco de agua que se había formado al lado de mí, mientras imaginaba como sería mi vida a partir de ese momento. En una semana me iría de la Parroquia Corazón de Jesús para vivir la primera etapa de la mejor experiencia de mi vida: el aspirantado.
-¡Rocío!- me sacó de mis pensamientos una voz. Miré hacia la dirección de donde me llamaban y vi a Valentina, mi mejor amiga, que venía hacia mí con cara de preocupación. –Dime que no es cierto- me gritó mientras corría hacia mí y se sentaba a mi lado.
Yo la miré confundida. No sabía de lo que estaba hablando. -¿De qué hablas Val?- le pregunté aún sin entender el por qué de su preocupación.
-Sor Mariela me dijo que te vas- y puso su cara triste. Yo la miré a los ojos y sonreí. Ella me miró tristemente y dos lágrimas cayeron de sus ojos. –Entonces es cierto. Te irás al aspirantado y me dejarás aquí sola- dijo mientras se secaba las lágrimas de su cara.
-No te dejaré sola. Te quedarás con las Sores y con los muchachos de la parroquia- le dije y la abracé. –Podrás visitarme todos los domingos si quieres. Te pones de acuerdo con Sor Mariela y van las dos. Además ustedes irán a la imposición de mi medalla de aspirante- le dije aún abrazándola. Después de todo Valentina había sido mi amiga desde los cinco años y ahora nos separaríamos por mi decisión.
-Pensé que me lo habías dicho en broma. Nunca pensé que fuese en serio. Te voy a extrañar mucho Rocío- me dijo llorando. Podía sentir sus lágrimas cayendo en mi hombro y no pude contener mis lágrimas y empecé a llorar también.
-Lo sabes desde que tenemos ocho- le respondí sin dejar de abrazarla. –Sabes que eso es....
-Éramos niñas. Yo también quería hacerlo pero pensé que eso se te había pasado igual que a mí- me interrumpió. Ella se separó y me miró con esos ojos verdes que ahora estaban rojos y llenos de lágrimas.
Le extendí mis manos para que me ayudara a parar lo cual hizo. La volví a abrazar y ella empezó a llorar de nuevo en mi hombro. Yo la abracé fuertemente y empecé a llorar de nuevo. Ella se separó y se sacudió las lágrimas y forzó una sonrisa.
-No más llorar. Te queda una semana conmigo y tengo que aprovecharla- dijo y dio media vuelta en dirección a la cocina.
-¿A dónde vas?- le grité pero ella no se detuvo y siguió su camino.
Yo me sequé las lágrimas también y la seguí hasta la cocina donde estaban ella y Sor Mariela. Al verme llegar, la Sor sonrió y salió de allí dejándonos solas. Valentina estaba buscando algo en la nevera mientras yo solo la miraba desde la entrada.
ESTÁS LEYENDO
Doble Vida
RomanceDos vidas. Una misma persona. ¿Será posible? ¿O algo totalmente catastrófico?