"Sacrificio"

Capitulo 7

"Me gustas"

Terminando aquella confesión por parte del emperador continuaron su cena en silencio pero para nada incómoda, totalmente lo contrario estuvo llena de miradas pícaras, sonrisas y sonjoros por parte de Bruce. Terminando su cena Bruce dispuso a marcharse más en cambio el emperador nunca dejaría que su Omega estuviera solo no a tan altas horas de la noche, puede que estuvieran en el castillo y que la seguridad fuera demasiado estricta pero kal no soportaba el hecho de que se le acercara a alguien extraño, él odiaba esa idea y su Alfa ni se diga la repudiaba.

-Kal, está bien tome muy poco vino-

Bruce estaba sonrojado por la bebida tomó dos copas pero al parecer el vino kryptoniano era demasiado fuerte para el.

-Mi luna por favor, déjame acompañarte, se lo prometí a Alfred...también el no devorarte- eso último lo dijo en un susurro.

-¿Que fue lo último Kal?- Bruce debido a su estado no había podido escuchar lo último mencionado.

-No fue nada mi luna, solo no quiero que vayas solo a tu habitación en este estado permíteme ser tu compañía-

Ante aquella mirada suplicante no pudo hacer más que ceder quería culpar a su estado pero realmente quería que lo acompañara. Lentamente comenzaron a caminar hacia la alcoba, Bruce no podía caminar del todo bien, y Kal al notar lo decidió que la mejor manera para llevar a su Omega seria cargarlo. Al levantarlo tan abruptamente Bruce se sobresaltó he intento liberarse del agarre del Kriptoniano.

-¡Alteza por favor, bajarme!-

Estaba demasiado avergonzado, Kal lo cargo cuál doncella.

-kal Bruce, kal- el kriptoniano miro al Omega soltando feromonas para apaciguar su ánimo.

-kal por favor...estoy muy avergonzado-

Kal solo sonrió y siguió siguiendo con su camino, su Omega estaba avergonzado y decia que lo soltara pero...como podía hacer eso, como soltar a esa criatura tan preciosa, cómo soltar a su hermoso prometido, su Omega, no obstante sabia que aquellas palabras cargadas de vergüenza no tenían una pizca de lo que deverdad sentía, sus feromonas lo delataban, estaba feliz, su cuerpo se pegaba a él por cuenta propia y eso lo hacía feliz, saber que su Omega lo reconocía y aceptaba lo pona a él y a su Alfa euforicos y llenos de orgullo.
Siguió con su caminata hasta llegar a la habitación, con cuidado abrió la puerta, claro sin soltar al Omega en sus brazos, cosa que sorprendió a Bruce, en definitiva era fuerte, eso hacía feliz a su Omega, su Alfa era fuerte, significaba que su descendencia sería igual de fuerte, consciente de sus pensamientos se sonrojó aún más de lo que ya estaba, desde que había conocio a Kal su cabeza se había llenado de pensamientos hormonales y bobos, no le disgustaba pero no sé reconocía, dónde había quedado aquel joven rey, que le había hecho Kal, que solo pensaba en el y en su futuro juntos.

Kal le dio una mirada ligera a la habitación revisando que los sirvientes hicieran bien su trabajo, a su prometido no debía faltarle ninguna atención, cómo podría llamarse así mismo su Alfa si su Omega no era atendido como si no le perteneciera el mundo, cuando el habia prometido dárselo. Lentamente lo colocó sobre la cama y consumo detalle y cuidado le quitó aquella capa de seda.

-Alt...Kal no es necesario que hagas esto, puedo llamar a Alfred-

Bruce no podía con su expresión, jamás imaginó que el emperador de kryptón estaría preparándolo para dormir.

-Mi luna, relájate, prometo no hacerte nada, honraré mi promesa y protegeré tu dignidad hasta el matrimonio-

Puede que aquello lo haya dicho con palabras dulces pero internamente se retorcía, tanto él como su Alfa estaban disgustados con el hecho de no poder tocarlo hasta el matrimonio, Claro se iban a casar en una semana, si fuera por él hubiera sido ese mismo día pero gracias a la insistencia de Alfred de que hiciera las cosas correctamente se dispuso a preparar la boda en una semana, se podría decir que sería un tiempo récord para hacer una boda imperial, pero él haría todo lo posible para tener a su luna entre sus brazos lo más pronto posible.

Una vez que le quitó aquella capa de seda, lo acomodó bajo las sábanas para que estuviera cómodo, y decidió sentarse al lado de él esperando a que se durmiera.

-Kal- soltaba pequeñas risas -Me gustas kal- con una sonrisa de adolescente enamorado dijo aquellas palabras como si fueran lo más natural del mundo porque así él lo sentía, puede que no hubieran pasado todo el tiempo del mundo juntos, pero tenían toda su vida para amarse.

Aquello desconcertó al emperador, le gustaba, su Omega gustaba de él, qué felicidad tan grande podría sentir en ese mismo momento que escuchar palabras tan amenas salir de aquel que se robó sus pensamientos y sus noches.

-A mi también me gustas Bruce- besando su frente y dejándolo dormir se retiró de aquella habitación dejando a hombros borracho y bastante somnoliento descansar. El emperador al llegar a su alcoba por fin dejó escapar todas esas feromonas que retenía, puesto que si las liberaba cerca de su Omega podría provocarle un celo y aquello no le enfadaba pero sabía que a cierto acompañante cercano a su prometido estaría muy disgustado, sin mencionar que su Omega estaría avergonzado, no podía mancillar su dignidad de esa manera, él era un caballero.
Los sirvientes que estaban cerca de la habitación del emperador no pudieron evitar caer al suelo, el aroma del monarca era demasiado fuerte para alfas y omegas comunes, incluyendo algunos betas sensibles, ese aroma solo podía soportarlo su pareja puesto que para alguien más sería signo de amenaza.
Con una Clara molestia entre sus pantalones Kal resignado a tener que tratar con ella manualmente se colocó sobre la cama, y sin pudor ni vergüenza alguna comenzó a pensar en su pequeño Omega. Todo lo que le haría, Cómo deseaba marcar aquella piel porcelana dejar la huella de que estuvo ahí, anudarlo hasta preñarlo y que juntos tengan descendencia, mancillar aquel cuello sin marca, tener el placer de ser el único en percibir su aroma dulce y lujurioso. Con aquellos pensamientos terminó por acabar, se sentía frustrado no sabía si podría aguantar una semana más.

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