El salón del consejo estudiantil se mostraba excéntricamente silencioso aquel lunes, después de la travesía de aquél recién formado grupo, donde literalmente habían dicho y hecho más de lo que cada uno podía contar.
Por cuestiones de dignidad.
Especialmente para la pobre víctima de una crisis constante y un enorme dolor en el alma provocada por la lejanía de su hogar. De alguna forma, Paula sentía que sufría mucho más que los demás.
Tenía miedo en cuanto llegó, y tuvo miedo el primer día de clases, tuvo miedo de no caerle bien a nadie o que le pasaran cosas malas.
Sin embargo, ahora tenía más miedo del que recordaba haber tenido en otras ocasiones. Tenía miedo de contarle al presidente, pero todos saben que Teru tiene una especie de... talento.
O quizás sólo le agrada el chisme general de las personas que lo rodean. Muchas personas son así.
---¿Estás bien?--- le preguntó el presidente a la secretaria, que llevaba mirando exactamente la misma hoja hacían cinco minutos reloj.
---Sí, sí...
El muchacho entrecerró los ojos y se recargó en la mesa, dejando de lado lo que tenía que hacer, que en realidad no era poco... pero nunca las cosas son demasiado grandes cuando tienes la oportunidad de ayudar a un amigo y que éste te ayude con las adversidades de la vida en general.
---Qué bueno--- aclaró Teru, pero luego soltó una risita que hizo recitar al rostro de la secretaria una mirada de desconcierto visible--- Porque, ¿Sabes? Está al revés.
---¿Qué cosa?
---¿Qué tienes en las manos?--- le preguntó como si se tratase de una niña pequeña.
---Presupuesto del club de jardinería.
---¿Dónde dice eso?
---Tú me lo dijiste antes.
---Leeme la primera línea--- retó el presidente con un carácter sereno y sin ningún compromiso con lo que la otra pudiese hacer o decir.
Ella, sin decir nada, intentó enfocar la primera línea de la aclaración que solían tener las páginas a la cabeza, precisamente con la función de distinguir el motivo y la credibilidad de aquel papel.
---Ah, claro. Qué boluda--- se comentó a sí misma con un tono de reproche suave. Cuando alzó la vista para buscar los ojos del presidente, que la miraban fijamente, dio vuelta la hoja--- Es verdad, estaba al revés.
---Igual que tú, ¿Qué te pasa?
---Nada--- aclaró ella, sintiéndose fugazmente invadida mientras miraba los números a la par de correr sus dedos por una calculadora científica.
---¿El nada tiene el cabello esponjoso?
A la mente de Paula llegó un invasor muy particular: un pequeño husky corriendo, dándole la impresión genuina de saber de dónde era ese rostro.
---¿Arata?
---Mírate, qué genial, Paula.
---¿Qué hice?--- inquirió.
---Lo llamaste por su nombre, eso es un avance.
---En mi país es normal--- afirmó--- No llamamos a otros por su apellido--- mintió descaradamente, siendo que las tradiciones sociales variaban dependiendo de cada zona.
---¿Y a los futbolistas?
---¿Eso qué tiene que ver?--- inquirió. Luego lo pensó un momento, y era ciertamente verdad. Suponía que a alguien como Teru no le valdría un "sí, es que se les dice así y eso es todo, a dormir" como a ella y a, literalmente, el resto de la población de su país--- Bueno, no. Eso es distinto.
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Flowers Of Grateful | Minamoto Teru
FanfictionTeru recibe una flor, ¿por qué le regalarían una flor? Alguien quiere expresar lo que siente, y quiere que él lo sepa. Así que, ¿por qué no? Mirai está más que dispuesta a decorar la vida del presidente del consejo con un par de regalos originales p...