Max Verstappen. Lo llaman el príncipe de hielo.
Sin emociones. Sin amar. Con una vida planeada al milímetro donde no hay nada al azar. Pero, ¿que pasa cuando la pelirroja de ojos claros se cruza en su camino? ¿Cuando siente que ella rompe todas sus...
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📅 SÁBADO 5 DE AGOSTO DE 2023
📅 3 SEMANAS DESPUÉS
📍 ISLA DE MAX
El llanto de Ingrid me despierta al instante. Siempre he tenido el sueño bastante profundo pero desde que ella nació, eso ya no es así. Tengo un miedo atroz de que le pase algo y estar dormido, así que, a la mínima que ella se mueve, ya estoy despierto. En Mónaco tiene una luz cerca de su cuna para que pueda verla cuando está dormida. Si, es obsesión, pero es que desde que leí lo de la muerte súbita de los bebés, necesito estar pendiente de ella las 24 horas del día. Aunque eso signifique no dormir.
Darcy se mueve en la cama y hace ademán de levantarse, pero la detengo poniendo mi mano en su hombro.
- Ya voy yo, Darcy -salgo de la cama y me revuelvo el pelo.
- Tendrá hambre. Lleva sin comer desde que se acostó -me comenta bostezando. Anoche nuestra hija quiso trasnochar y eran más de las doce y no le dio la gana de dormirse.
- Yo te la traigo. No te levantes.
Dejo un beso en su mejilla y me levanto para ir hacia la cuna de mi hija. En cuanto Ingrid me ve, empieza a sonreír y a echarme los bracitos para que la coja, cesando su llanto solo un poco. El corazón me late muy deprisa y es de lo feliz que soy. Mi hija. Darcy. Esto es mucho más de lo que jamás imaginé que querría. Y si, una parte de mi se siente muy afortunado pensando en lo que tengo.
- Ven aquí, Klein.
Cojo a Ingrid con mucho cuidado poniendo su cabecita entre mis brazos. Me dirijo de nuevo a la cama y Darcy me ayuda a tumbarme en ella de nuevo. Nuestro pequeño bebé protesta ahora más airadamente y está claro que tiene hambre. Su madre se prepara para amamantarla y en cuanto lo hace, se la doy para que pueda ponerla en su pecho.
- Ahora le cambio el pañal –le digo a Darcy acariciando la cabecita de mi hija mientras veo como succiona el pecho de su madre con avidez.
- Es preciosa Max. Se parece mucho a ti -mi pelirroja clava su mirada en la mía, esbozando una calmada sonrisa.
- Ay no, por dios. Que se parezca más a ti, que su padre es muy feo –Darcy me da una dulce mirada y acerca sus labios a los míos para que pueda besarla y disfrutar del frescor de su boca.
- No digas eso, Max. No sólo eres guapo por fuera, que lo eres, también por dentro. Eres mucho más buena persona de lo que crees –me advierte ella aún con esa sonrisa en su cara.
- Debo serlo cuando aún estás conmigo, charme -le recuerdo alzando una de mis cejas.
- Y lo que te queda, Verstappen.
- Si es para siempre, suena de puta madre.
Acaricio de nuevo la mejilla de Ingrid mirándola embobado. A veces no me creo que ella esté aquí, con nosotros. Es tan pequeña. Y tan preciosa. Ella fue la que hizo que su madre y yo nos uniéramos de nuevo, y juro por dios que volvería a vivir todo lo que ocurrió entre Darcy y yo hasta llegar a este momento, en el que las dos están a mi lado.
