Frases y Cosas de un chico Yandere #3

Rayis Yandere(2)

Parte dos de lo de Rayis siendo una criatura mitológica no humana que acosa a los chicos, en esta ocasión siendo solamente Darius y Raymond.

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[Darius]

¥•a•n•d•€•r•€ ¡M•u•j•e•r L•o•b•a! R•€•a•d•€•r  X ¡P•r•€•s•a! S•u•m•i•s•o.
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-Naciste en una familia LLENA de estos seres por doquier.

-Vivían en casas y/o cabañas unas cerca de otras. Aprendiste a transformarte gracias a tu madre, hermanos y otro montón de familiares.

-Aprendiste la actitud dominante de tu madre, mientras que tu padre era todo lo contrario. Eso hacía que cada romance que tuvieras se rompiera ya que los chicos te agarraban miedo.

-Hasta que conociste a este albino de clase alta. Él estaba explorando y se perdió, pero se encontró contigo y lo ayudaste a salir del bosque, desde ese entonces se hicieron muy amigos.

-Había algo que nunca le comentaste, y es el tema de "Mates o compañeros de vida" los cuales eran encontrados mediante la ayuda del aroma de su sangre y si les son compatibles según la famosa "diosa luna", ese o esa le es el indicado.

-Lo supiste desde el primer momento, y allí la travesía solo inició. Mientras más pasaba el tiempo, más te ibas dando cuenta de eso.

-No lo dejarías ir a ninguna parte aunque él quisiera.

-Siempre lo seguías por su aroma a todas partes, y le dejaste bien en claro que te pertenecía y que siempre lo encontrarás a dónde quiera que él tuviera el atrevimiento de huir, e incluso asesinabas a cualquier chica o chico que le hablara, usando tu forma de mujer lobo para que no supiera que se trataba de ti.

--Si sabes que no puedes escapar de mi, ¿Por qué lo intentas?-- Le preguntaste ya harta y con enojo por sus innumerables intentos de escape fallidos. Evidentemente te tenía miedo y no fue hasta este punto en el que finalmente entendió que era mejor obedecerte antes de que todo empeore.

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[R°a°y°m°o°n°d]

Y°a°n°d°e°r°e ¡S°i°r°e°n°a! R°e°a°d°e°r X N°á°u°f°r°a°g°o.

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-Estaban a mediados de la segunda guerra mundial. Raymond era un prisionero fugitivo de guerra que huía para poder ponerse a salvo, pero la canoa sufrió un accidente y se había hundido, y allí entraste tú.

-Las sirenas y tritones como tú tenían la costumbre de hipnotizar a los marineros con su voz para que estos se acerquen a ustedes y que así puedan atacarlos y devorarlos o forzarlos a convertirse en más sirenas y tritones.

-Eras unas sirena bastante joven cuando lo viste por primera vez, y como nunca habías hecho eso, lo elegiste a él precisamente como tu objetivo.

--Sé que estás solo y perdido. Por favor, ven hacia mi, yo te guiaré hasta la felicidad-- Le decías cosas como esas. Al principio Raymond estaba confundido, luego supo lo que eras y trataba de evitarte lo más posible, cosa que no te gustó.

-No podías caminar por obvias razones en tierra, así que lo único que te quedaba era utilizar tu canto hipnotizante y de esa forma atraerlo hacia ti, lo que te hacía mucha ilusión, pues era la primera vez que lo hacías.

-No fue realmente muy difícil, pues la voz o canto hechizante de las sirenas es realmente muy efectivo en humanos comunes.

-Él entraba en trance cada vez que te escuchaba y no fue complicado tenerlo frente a frente a ti en la playa, y aquí podrían pasar dos cosas:

1: Lo obligas a convertirse en tritón y a permanecer contigo en el fondo del océano hasta que ambos mueran y se conviertan en espuma de mar.

2: Simplemente lo matarás y te lo comerás para que simplemente no se vaya nunca jamás de tu lado con nadie, y que lo último que haya visto sea a ti.

-Eso queda a tu elección.

*Fin.

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¿Qué les pareció?