Cap 36: daños a la personalidad

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Había una vibra pesada en el ambiente,un sentimiento inoportuno de que algo no iba bien. Una corazonada desombras, como diría su mamá. Se levantó de la camilla con sigilo yun dolor en el abdomen; sentía ganas de vomitar.

No sabía si caminar lento empeoraríala situación, pero no quería hacer ruido, quiso apresurar el paso;una sombra lo perseguía. Al hacerlo, se dio cuenta de que suscordones se habían desamarrado. Pensó en las probabilidades quehabían de que se tropezara y aquello le alcanzara más rápido. Perotambién estaba la posibilidad de perder tiempo valioso.

Pensándolo dos veces, se agachó paraamarrar sus cordones, y entonces la vista inferior le permitió darsecuenta de que, en efecto, alguien le perseguía, ese alguien era elrincón más oscuro de su cabeza y la tortura de ser el Apocalipsisen el cuerpo de un hombre.


Tortura.


"Fortaleza", "sigue adelante"las únicas palabras que están en su mente, cruzó un océano dellantos, atravesó la llanura de la incerteza y recorrió las colinasde la devastación. Se sentía destrozado y exhausto, pero suvoluntad le instaba a seguir. Sin embargo, pese el terribleagotamiento que azotaba su cuerpo y su mente, no estaba rindiéndoseante la adversidad: al contrario, se estaba haciendo cada vez másfuerte.


Tortura: Vaya, vaya ¿Pero si ya despertaste?- anunció- se meinformo que desobedeciste a Sadomasoquismo y yo pues... vengo a darteun escarmiento- Agregó mientras sacaba una navaja de su ropa.

Venezuela: ¡Eso es estúpido!, ¡tu no tienes derecho ademasintemto besarme!- Exclamó recibiendo un fuerte golpe en el estómagode parte de Tortura. Venezuela callo en el suelo tras el golpe.

Tortura: Bien, empecemos- alegó acariciando el rostro deVenezuela con el cuchillo.



Tortura no hizo nada más que soltar un golpe limpio en la cara deVenezuela antes que el latino se pusiera de pie, la organizacióntomo el cuchillo y lo clavo en el hombro del venezolano. Torturarápidamente da varias patadas en la cara del latino y hacer quebotara sangre por la nariz y boca... pero Tortura sabía que algo mássucedía allí, sabía que era algo más fuerte y horrible, esasensación de sentirse poderosa y fuerte...La necesidad de lastimar aalguien.



Tortura: eres patetico- dijo para retirarse de la habitación.


Después de aquello, ya no hay masruido, un hombre el trae la comida y se va, Venezuela acaba sucomida, recoge todo y la coloca en una esquina, consiguió encontrarcinco minutos después el baño y, tras hacer sus necesidades y darseun rápido baño, encuentra la que seria su cama.


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Venezuela: Buenos días señor —saludaapenas lo ve entrar. El hombre corresponde el saludo. Se dirige allatino, le entrega ropa y, finalmente, cambiado de ropas ycolocándose una nueva bata, se sienta a la espera de que llegue suprimer paciente .

La mañana corre tranquila, agradecetener dentro del cuarto un microondas y una cafetera para soportar lamañana y a los pacientes que van llegando. Los atiende con calma,con tanta amabilidad le enseñaron y, a la hora de la tarde, puedesalir por fin del cuarto. Se encamina por los largos jardines queposee la institución, encontrando a algunos pacientes sentadostranquilos, a otros, como si fueran una clase de niños pequeños,supervisados por una persona de bata blanca haciendo dibujos concrayolas y, en otro grupo, a otros escuchando una lectura, sinembargo, mas allá de los que estaban leyendo por si mismos un libro,Venezuela juraría que ha encontrado a un niño pequeño corriendo ytratando de perseguir una mariposa. No a sido algo extraño ni quecaptara su atención, de no ser que todo era raro en el.

Un niño pequeño, de tal vez 9 añoscuando mucho, y aun mas alarmante, era su aspecto. Hasta donde le

habían explicado y señalado, nohabían countryhumans internados como pacientes, solo era Tortura yel en estos momentos trabajando, no habían mas countrys, así quever, a un pequeño niño había sido por demás curioso.

Intento acercarse, tal vez había vistomal. Pero, cuando intento dirigirse en la dirección del pequeño,

nota al niño que jugaba tranquilamentedetener sus movimientos y girara a verlo, como si lo hubiera

escuchado desde la distancia. Ambos semiran, Venezuela puede ver claramente el rostro del pequeño, pero,así mismo, Venezuela también alcanza a ver las ropas de un internoy también, que el niño lucia herido, con un parche en uno de susojos, con una venda cubriendo su cuello y una de sus manoslastimadas siendo tal vez, lo mas extraño, que el niño le regalauna extraña sonrisa antes de salir corriendo al interior de lasinstalaciones.

Venezuela apura el paso confundido. Encuanto entra por la misma puerta por la que había visto correr

al pequeño niño lastimado, se asustaal encontrar a Tortura saliendo de una puerta mas al fondo de lo queahora Venezuela comprende como un pasillo que no le habían mostradoel día anterior.


Tortura: ¿Necesita algo? —pregunta.

Venezuela: Un niño —respondeapurado, intentando buscar con la mirada al pequeño sin conseguir

encontrarlo— vi a un niño pequeñocorrer hacia aquí ¿No lo ha visto? Era un pequeño humano —continua, siendo cortado por Tortura que se pone enfrente deVenezuela para evitar que avanzara

mas allá de donde el se encontraba

Tortura: ¿Un niño? —aquellapregunta semi burlona he incrédula de parte de la organización hizoa

Venezuela prestar atención a supersona de nueva cuenta— aquí no hay ningún niño, no tenemos un

pabellón para niños y mucho menostenemos a humanos internados en el hospital —explica— ¿Estas totalmente seguro de lo que viste? Posiblemente sean los nervios deestar devuelta aquí, no le hagasv caso a cosas así —insiste,tomando a Venezuela por los hombros y empujándolo hacia el exteriorpara que salga del pasillo Venezuela no tiene opción mas queaceptar, observando como Tortura lo va alejando para dejarlo en elmedio de todo. No hay palabras después de eso

un momento mas junto a ti (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora