Chapter 17

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—¿Liam?

Han pasado dos semanas, y Liam aún no consigue algo sobre el paradero de Alex. Sams no está en Manchester, y Jake está sumergido en algo con relación a Debbie.

La voz de Camila llama su atención. Liam lo había intentado, realmente lo hizo, pero la castaña era mucho más insistente de lo que todos creían. Era desesperante, pero Liam la quería.

Hace una semana Zayn y ella habían interrumpido en su departamento con  la escusa de pizza y cerveza por en fin de las semanas de certámenes. Todo había ido bien, solo hasta que Camila se equivocó de habitación, y el descubrimiento de Alex había quedado al descubierto.

La pareja estuvo sometida a dos horas de charla sobre Alex en la prisión. Nadie más que ellos lo sabían, y Liam agradecía el secreto guardado, pero odiaba que Camila quisiera todos los detalles que él no recordaba... O no quería admitir que lo hacía.

—¡Te estoy hablando! —Ella había gritado.

—Te escucho —Liam afirma mientras sigue caminando.

—Creo que sé algo —Ella dice, y Liam se detiene a verla. ¿Entonces ella no quiere detalles? —Cuándo fuiste a Londres, llegaste a Green Institute. La chica con la que hablaste, ella no te dio una dirección de verdad.

—Eso ya lo sé, busqué la casa en todas partes.

—No en la ciudad correcta. —Ella sonríe y Liam la mira confundido. —Esa casa existe, en Londres.

—¿Cómo sabes eso? —Liam pregunta curioso. Hasta ese momento él no había recordado a la chica del instituto, y tampoco había buscado razones para engañarlo, a menos que...

—Clara Thompson —Camila dice seria. —Teníamos que hacer un trabajo con los nuevos, ¿recuerdas? Cuando se inauguró el nuevo Green.

—¿Acoger a un novato? —Ella asiente.

—Clara estaba conmigo ese año, ella odiaba a Alex. —Camila dice casi en susurros. —¡Harry!

—Hey —El rizado dice antes de seguir su camino.

—Cuando el blog salió a la luz recuerdo que Clara estaba hecha una furia, les dijo a todas en los baños que ella sabía que era Alex.

—No entiendo tu punto—Liam murmura.

—Clara odiaba a Alex por lo que dijo de ella en el blog. Alex terminó su relación con Erick.

—No tiene sentido —Liam gime —Si Clara odiaba a Alex, ¿Por qué iba a mentirme?

Camila rueda sus ojos antes de enfocarnos en él nuevamente —Clara es la dueña de la casa, no entiendo por que la chica te habrá mentido.

Liam recuerda vagamente a Haylie, de forma que él tampoco sabe porqué ella le mentiría. El reloj de su muñeca le informa que son las once en punto, y Camila se va tan pronto como encuentra a una de sus compañeras.

Manchester esta nublado, sin embargo no llueve, y la temperatura es solo un poco desagradable. Liam aprovecha la oportunidad de ir nuevamente a la vieja casa de Sams, el hombre no volvió a contestar sus llamadas nunca más, y se había tomado la libertad de cambiar su número y su dirección electrónica.

Su camino se ve interrumpido al escuchar cierta música. Bueno, no es música, pero para su corazón es la más dulce melodía. No había sonido que se comparara con la risa de Alexandra Hayle.

Le da la espalda, la cabellera rubia callendo por su espalda, suelta y libre al viento. Viste un gran sweater negro, de hombre, y un par de ajustados jeans del mismo color. Liam se acerca a ella, realmente lo hace, hasta que ve con quién se ríe.

Es alto, quizás un poco más alto que él, su cabello es castaño cobrizo, y tiene grandes ojos ámbar. El viste un abrigo grueso color verde y unos pantalones caqui, él se ve increíble junto a ella.

Liam mantiene su distancia, tal vez ellos solo están hablando, y luego se irán a su casa. Sí, Liam puede seguirla hasta su casa. ¿Verdad?

Alex y su amigo caminan juntos tres calles antes de entrar a una tienda, Liam solo los sigue mientras finge buscar entre los estantes alguna cosa interesante.

—Piénsalo, Alex —Liam lo escucha decir —Dicen que es muy tranquilo, y nadie te conoce ahí.

—Lo estoy haciendo —Ella murmura, aunque Liam puede escuchar el cansancio en su voz —Pero es difícil, pedí el cambio de prisión porque aquí nadie me conocía y el imbécil de mi exnovio me encontró. Estoy segura que incluso mi ex mejor amiga también sabe todo.

¿Imbécil? ¿Eso creía ella de él? Liam sabía que había metido la pata, tal vez. Pero no era imbécil, ¿o lo era con ese hombre? Aún así, Alex no estaba muy equivocada, y Liam solo quería que Alex se fuera pronto.

—Es solo que...  No quiero seguir huyendo —Ella dice con la cabeza baja, su cabello cubriendo la mayor parte de su cara.

Liam puede ver, entre los mechones de cabello, los ojos azules algo tristes. Y por un momento se detiene a pensar; ¿Y si no la hubiese encontrado? ¿Eso hacía mejor las cosas?

—El piso de arriba es más grande —Dice el amigo de Alex cuando dejan de mirar la ropa a su alrededor —Es más grande, y el dueño no pide mucho.

—¿En qué piensas, Aaron? —Es un tono divertido y una sonrisa suave. ¿Entonces ellos tiene algo?

—En que podríamos tomar ese piso —Él sonríe, una sonrisa de perfecto modelo. ¿De dónde se conocen? ¿Por qué toda esa familiaridad?

—Tengo una condición —Ella dice cuando ambos ya van camino a la salida.

—La que tú quieras.

—Tu sillón afuera.

—¡¿Qué?! ¡¿Estás loca?!

—¡Ese sillón está horrible! ¡Fred lo despedazó!

—Es un recuerdo sentimental —Aaron replica.

—¡Fred murió hace un año! —Ella ríe. ¿Cómo la muerte de alguien puede causar risa?

—Era mi mejor amigo, merezco conservar ese sillón... —Aaron replica antes de voltear repentinamente. —Woah, cuidado.

—¿Liam?

La voz de Alex dice algo confundida y con un toque de sorpresa. Y Liam voltea su mirada de los ojos de Aaron para mirarla.

—Alex.

—¿Qué haces aquí? —Ella pregunta, tajante y fría. El tono dulce ha desaparecido, entonces, ¿por qué cambia de actitud tan rápido?

—Es la calle, Alex.

—Te vi en la tienda —Aaron acusa, confundido y con los ojos verdes volviéndose fríos. —¿Nos estás siguiendo? —Aaron toma su camisa demasiado rápido, y pronto Liam lo empuja para sacar su cara de su espacio personal.

—¡Aaron! —Ella grita, su ceño funcido y sus labios apretados. —No tiene caso, vamos a casa.

—Alex, necesito hablar contigo... —Liam murmura.

—No tenemos nada que hablar —Ella dice bruscamente, soltando su brazo con más fuerza de la necesaria. Liam no sabe en qué momento lo tomó, a decir verdad.

—Soy tu...

—¡No! ¡Tu no eres nada! ¡No eres mi tutor o lo que sea! ¡Yo puedo sola! —Ella explota. Realmente explota. Y Liam sabe que ella debe estar pasando algo serio.

—No, pero soy tu novio.

—¡Liam, basta! ¡Yo fui a la cárcel y tu seguiste solo! ¡No nos vimos en años! ¡Deja eso! ¡No hay nada entre nosotros!

—No terminamos, realmente —Liam dice, con desesperación en su voz y sus ojos de perrito.

—Perfecto —Ella dice con los rojos oscuros —Liam James Payne, tú y yo terminamos.

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