1. El corazón recuerda lo que la mente olvida

466 50 71
                                    

Alana

Desearía que al abrir los ojos siguieras aquí.

Desearía que al tocar tu piel, el recuerdo no se esfumase entre mis manos.

Desearía que cuando me mires, pudiera ver tus ojos rubíes brillar sin que el sueño desaparezca.

Desearía quedarme aquí, contigo.

Abrí los ojos de golpe con el corazón desbocado.

Me llevé una mano a la cabeza cerrando los párpados con fuerza, intentando retener lo más posible de aquel sueño.

No era la primera vez que veía imágenes confusas mientras dormía. Ya llevaba varios meses de sueños o pesadillas que me despertaban de madrugada, con una sensación de dolor en el pecho. Pero esta era la primera vez en que un recuerdo permaneció en mi mente con algo más de claridad.

Aunque todo era confuso y nebuloso, pude recordar un par de ojos que brillaban como dos rubíes, cegando todo lo demás.

Me removí para acomodarme en la cama, cuando un brazo que rodeaba mi estómago me presionó con más fuerza.

Alcé mi mano y enredé mis dedos en los rizos dorados de mi acompañante.

—Tu corazón va muy rápido —murmuró Jayden en sueños enterrando su rostro en mi cuello.

—Vuelve a dormir —susurré.

No fue necesario decirlo, respiraba con tranquilidad durmiendo a mi lado aferrado a mi cuerpo. Me quedé en esa posición mirando el techo, intentando descifrar que significaba aquel sueño y porque mi corazón lo sentía como algo más que eso.

✨✨✨

—¡Buenos días!

Me revolví en la cama, cubriéndome con una almohada, negándome a despertar del todo. Las sábanas de seda se sentían suaves en mis piernas y me invitaban a seguir acurrucada sin ánimos de levantarme.

—Buenos días, bella durmiente —insistió Jayden, su voz se oía más cerca esta vez.

Sentí el colchón hundirse a mi lado y me forcé a abrir los ojos con desgana. Llevaba ya varios meses de sueños recurrentes que no me dejaban dormir bien y esto me estaba afectando cada vez más.

Abrí un ojo y lo primero que vi fue la enorme sonrisa de mi amigo sentado a un lado del colchón con una bandeja llena de cosas para desayunar.

Llevaba solo un pantalón de pijama gris y nada más. Seguía con el cabello desordenado, como si se acabara de levantar.

—Feliz cumpleaños.

Sonreí con ternura. Con esfuerzo abrí ambos ojos y me senté en la cama aceptando el vaso de jugo de frutas que me extendía. Me bebí un sorbo antes de hablar.

—Gracias, pero es la próxima semana —respondí con tono de burla.

—Obviamente ya lo sé —dijo, poniendo los ojos en blanco—. Pero la próxima semana empieza el periodo de exámenes finales y sé que no tendrás tiempo de venir, así que esta era mi oportunidad de darte un desayuno de cumpleaños —aclaró tomando su propia taza de café—. No hay canciones ni velas, así no atraeremos la mala suerte.

—Me parece muy sensato.

—Pero sí tengo un regalo.

—Jayden... —advertí.

—Te prometo que no es nada grande ni costoso —se adelantó sacando una pequeña caja de su bolsillo.

Una caja cuadrada de color rojo envuelta con una cinta rosada.

[#2] El deseo de un recuerdo©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora