[#2] El deseo de un recuerdo©

7. Al encuentro de la magia

Nota autora:

Como un agradecimiento por los 10k del primer libro, hago actualización doble porque, por lo visto, no sé hacer otra cosa que escribir. 

Las quiero.

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Alana

Decepcionada.

No había una mejor palabra para definir mi situación actual.

Desde que regresé de mis pequeñas vacaciones, cada tarde iba a la biblioteca buscando al chico que había leído mi brazalete. Fui a distintas horas, distintos días e incluso fui el fin de semana y no tuve suerte.

Llegué al departamento en la tarde, luego de tomar un turno extra en la cafetería y entré arrastrando los pies, agotada. Mi rostro de frustración era suficiente explicación para mi amiga, que me observó solo unos segundos antes de volver a su programa.

—Supongo que hoy tampoco hubo suerte —dijo, metiéndose una gran cantidad de frituras a la boca—. ¿Por qué no te olvidas de eso? En cualquier momento aparecerás en esas series de psicópatas que veo. Y no como víctima, cariño.

—¡¡Aaagh!! —me quejé, frustrada—. Es que no puedo Abby. No sé cómo explicarlo para que me entiendas.

—Ok. Ven. —Dio unas palmaditas al sofá a su lado—. Hagamos el intento. Y así poder comprenderte mejor y ayudarte.

Avancé hasta el sofá y me dejé caer a su lado con pesadez.

—Bien. Imagínate algo que siempre has querido conseguir. Algo que... no sé, necesitas con desesperación y sabes que es difícil que suceda.

—Mmm... —Cerró los ojos un momento, pensando—. Entrar en la mente de un asesino... —murmuró.

La miré con una ceja alzada. ¿Cómo esta chica y yo podíamos ser mejores amigas?

—Muy bien, un día, logras por unos segundos... mmm... entrar en la mente de un asesino —repetí con una mueca—. Al fin logras ver todo eso que siempre quisiste saber, todos los secretos, y cuando estás a punto de encontrar los motivos que lo llevaron a ser un asesino, ¡pum! Te sacan de golpe.

—¡No! —chilló abriendo los ojos. Su sonrisa de satisfacción había desaparecido de golpe—. Aaagh, qué frustración.

—Eso que sientes, debe ser una cuarta parte de lo que siento yo. No sé ponerlo de otra forma, Abby. Es desesperante.

—Mmm, hace que mucho no estabas así de inquieta. ¿Esto es porque dejaste de "ver" a Jayden? —preguntó con ironía.

—No lo sé. Esto es otra cosa, no es que mi magia busque otra fuente de poder para estabilizarse. Es algo más. Es algo dentro de mi que persigue algo en concreto.

—¿Sabes cómo se llama eso, amiga?

—¿Cómo?

—Enculamiento.

—¡Abby!

—¡Es cierto! Te enculaste del chico atractivo de la biblioteca y ahora usas esa magia tuya como respuesta para todo.

—¡No es eso! —exclamé riendo—. Es cierto que es atractivo, pero estoy segura de que ese chico también tenía magia. Por eso quiero encontrarlo.

—¿Y Jayden? ¿Has considerado volver con él?

—No. Es decir, hablamos a diario y lo veo en su casa un par de días a la semana, pero estamos intentando volver a ser amigos como antes.