𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 27:

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Mi sobrina crecía superrápido, eso nos preocupaba a todos.

— Hola mi amor.- sonreí besando su carita.

— Tita.- balbuceo y yo la abracé.

— Pero que grandota está mi niña.- me sonrió con sus dientitos que apenas le estaban saliendo.

— Está feliz de verte.- levanté una ceja al escuchar la voz de Rosalie, me había ignorado por semanas.

— ¿Estás feliz de verme mi niña?.- pregunté mirando a mi sobrina sin dirigirle la mirada a Rosalie.

— Shi.- ay dios muero de amor, la llené de besos de nuevo.

— ¿Me vas a ignorar?.- yo bufé rodando los ojos, haciendo reír a Nessie.

— ¿De qué te ríes pequeño mounstrito?.- hice una voz graciosa que la hizo reír más.

— ¿Es en serio?.- de nuevo la rubia.

— Nessie dile a tu tía Rosalie que no quiero hablar con ella.- dije claramente, Ness no le va a decir, pero la rubia si lo escuchará.

— No seas infantil.- volteé a verla incrédula.

— ¿Infantil?.- pregunte tensa, Ness sintió la tensión que se creó entre nosotras y se empezó a inquietar.- perdón mi vida.- bese su mejilla antes de caminar a dónde estaba mi hermana.

— Deberías hablar con ella.- me dijo Bella y yo la miré mal.

— Ahora soy yo la que no tiene ganas de hablar con ella.- le pase a Nessie quien se puso feliz en los brazos de su madre.

— Ha estado de muy mal humor estas semanas.- se quejó mi gemela.- apiádate de nosotros, ni Jasper puede calmar su mal humor.

— Es un gusto no vivir aquí.- conteste e Isa me miró mal.

— Solo escúchala.

— No tengo tiempo.- besé su mejilla.- de hecho me tengo que ir.

— ¿Irás con más Denali?.- yo negué.

— Iré a despedirme de mi lobita ladrona.- ella frunció el ceño.

— ¿Despedirte?.- yo asentí.

— Pensé que Tanya les había avisado, nos iremos a Alaska.

— ¿Te mudas?.- yo negué.

— Solo iré poco tiempo, no sé cuánto exactamente.

— ¿Y Leah?.- pregunto confundida.

— Lo sabe, cómo sabe que estoy empezando a sentir claustrofobia en Forks.- dije tensa.- prefiere que me vaya a un lugar cercano a qué desaparezca.

— No serías capaz.- yo hice una mueca.

— No lo sería Isa.- traté de sonreír.- Mañana vengo a despedirme de todos.

— ¿Por qué irás hoy si te vas mañana?.- yo solté una carcajada.

— ¿Segura quieres saber?.- ella hizo una mueca y negó.

— Dios no.- besé de nuevo su fría mejilla y las mejillas de Nessie despidiéndome.

— ¿Te irás?.- suspiré fuertemente al escuchar esa pregunta.

— ¿No te han dicho que no es cortes espiar?.

— Contéstame.- exigió.

— No.- dije sería.- las cosas no serán cuando ti quieras Rosalie.- ella me miró sorprendida, mi tono de voz era tranquilo, pero estaba molesta.- No voy a soportar tus estúpidos berrinches, si me ignoras no voy a rogarte por qué me hables.- gruñí.- intente hablar contigo y no me escuchaste, ahora no tengo por qué hacerlo.

— Sé que he actuado mal.- empezó hablar y la interrumpí.

— Entonces deja de hacerlo, pide bien las cosas, no exijas.- ella iba a hablar, pero no la deje.- dices que yo soy la infantil, pero la que hace berrinches cuando algo no sale como quiere es otra, te voy a escuchar Rosalie así que espero una buena explicación por tu comportamiento tan infantil.

La rubia estaba tensa por todo lo que le dije y suspiro, duro unos minutos en silencio.

— Vine con el propósito de reclamarte que te fueras sin decirme.- la mire incrédula.- pero ya me di cuenta de que mi comportamiento ha sido demasiado infantil, y tienes todo el derecho de estar molesta conmigo, yo sé que lo que dijiste esa noche es lo correcto, no puedo pedirte que te alejes de la loba por qué para ti es lo que Emmett para mí y aunque me moleste mucho al saber qué.- su mandíbula se tensó.- que te metiste con ella.- rodé los ojos.- sé qué pasara con todas y no puedo enojarme cada vez que pase, también estuvo mal ignorante cuando intentaste hablar conmigo y prometo no volver a hacerte berrinches y comportarme como la adulta que soy.- la mirada de Rosalie estaba en el suelo como niña regañada lo que me hizo sonreír un poco.

— Niña mimada.- suspiré.- estás perdonada, pero escúchame bien Rosalie.- ella asintió.- esta es la última vez que me ignoras, por qué recuerda cariño.- ella sonrió al apodo.- no soy un vampiro mis sentimientos no serán eternos, tengo límites y tú no quieres cruzarlos.

— No volverá a pasar.- mordió su labio.

— Te creeré esta vez Rosalie.- ella hizo una mueca.- así que deja de hacer berrinches estúpidos, rubia tonta.- me miró indignada, pero no dijo nada.

— ¿Entonces te vas?.- ahora pregunto más amable.

— Me voy unos días con las Denali necesito cambiar de aires aunque sea poco tiempo.- conteste y ella frunció el ceño.

— ¿Planeabas decirme?.- yo asentí.

— Mañana que se lo dijera a todos.

— ¿Aún te vas?.- yo asentí.- pero...

— Pero nada rubia, no es por ti.- suspiré y me acerque, acaricie su mejilla.- quiero que utilices este tiempo y pienses bien en nuestra situación.

— No quiero que te vayas.- murmuró bajito.- prometo que ya no haré berrinches.

— Eres tan tierna cuando quieres.- bese su mejilla.- Volveré, no me iré para siempre, solo un mes o como mucho dos.

— ¿¡Un mes o dos!?.- me miró molesta, pero luego bufo cruzándose de brazos.

— Sí, puedes llamarme o ir a verme si es que me extrañas mucho.

— Lo haré.- dijo cruzada de brazos.

— Quita esa cara rubia bonita, te lo hubiera dicho antes, pero ya sabes.- la miré con reproche.

— Es mucho tiempo.- bufo y yo reí.

— Necesito despejarme un rato de Forks, sentirme sofocada, no es bueno Rose.- dije con una mueca y ella suspiró para asentir.

— Está bien.

— No estaba pidiendo tu permiso.- rodé los ojos, pero seguía sonriendo al ver la cara de la rubia fastidiada.- Me tengo que ir ya.

— ¿Con la loba?.- pregunto con molestia y creo que asco, por lo que la mire mal.

— Rose basta.- ella se tensó.- acabamos de hablar, tomate este tiempo, cuando regrese me dirás lo que piensas.

— Pienso que te quiero para mí y no necesito pensarlo.- me dijo y yo suspiré.

— Deja de solo pensar en ti, recuerda que tengo más personas.- bese su mejilla y ella frunció el ceño.

— ¿Qué fue eso?.

— Un hasta luego rubia bonita, mañana vengo a despedirme.

— ¿Por qué a mí me toca solo un beso en la mejilla y a tu loba le toca más que eso?.- solté una carcajada.

— Porque Leah es la única que no teme romperme si me toca.- ella bufó.- y aparte por qué estás castigada.

— ¿Qué? ¿Cómo que castigada?.- abrió la boca indignada y yo sonreí burlona.

— Cómo lo escuchas, castigada, sin besos o mimos para ti.- acaricie su mejilla.

— ¿Por qué?.- se quejó.

— Tú sabes bien por qué, no creías que todo ser arreglaría cómo si nada, ¿o si?.- me burle y le guiñe un ojo para irme.

𝑪𝒉𝒂𝒓𝒍𝒊𝒆//𝑻𝒘𝒊𝒍𝒊𝒈𝒉𝒕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora