X - Hombres

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Áine deambula de un lado a otro en el pórtico

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Áine deambula de un lado a otro en el pórtico. Cedrick le ha pedido un momento a solas con Eddie para hablar de asuntos importantes para ambos mientras ella intenta no acabarse las uñas en el proceso.

Por primera vez parecen tener problemas más normales.

—Áine perdió a sus padres en un trágico accidente hace seis meses atrás —informa el hombre sentado en la silla de su escritorio.

Eddie está en el sofá frente a él prestándole atención a pesar de que los estantes llenos de libros a su lado lo llamen como drogas visuales. Cedrick es un hombre que disfruta la lectura al igual que él y tiene su estudio tapizado de libros que en su gran mayoría no ha terminado de leer y probablemente nunca lo haga pero disfruta comprar más y más hasta no saber en qué hueco del estante acomodar el siguiente.

—Ella no la ha pasado bien desde entonces —continúa—. Por eso le propuse que volviera a Escocia para cuidar mejor de su salud emocional.

Eddie asiente para indicarle que siga con su discurso.

—Desde que desapareciste ha estado muy afectada, no ha comido ni dormido bien y me preocupa demasiado, sé que tú también la has pasado mal pero para ser honesto, la que me preocupa es ella —se acomoda en la silla y entrelaza sus manos.

—Es completamente entendible —responde serio.

—Sólo quiero que lo sepas, no tengo nada en tu contra —esboza una sonrisa amistosa—. Necesito que me ayudes a mantenerla estable, ya no puedo permitir que se siga exponiendo de esa manera.

—Lo entiendo, por ello hice algunos cambios radicales —responde con sorna— para que las cosas tambien cambien definitivamente.

—Te lo agradezco —compone la garganta—. Sé que debería darte un largo y severo discurso con advertencias sobre tu relación con Áine pero la verdad es que nunca tuve hijas y por lo tanto no tengo yernos, mucho menos que hayan sido criaturas mitológicas la semana pasada —ambos ríen—. No tengo la menor idea de cómo asumir el papel de suegro y menos en medio de ésta peculiar situación, así que sólo te diré: cuídala mucho y no la hagas sufrir porque ahí si soy capaz de partirte la cara —lo dice con un matiz bromista pero su expresión sería hace dudar a Eddie si realmente lo es o no.

—Te prometo que haré lo que esté en mis manos para hacerla feliz y la protegeré de cualquier peligro con mi propia vida si es necesario —declara con voz grave.

—Gracias, Eddie —se levanta y le da un cálido abrazo.

Es la primera vez que ve al chico pero después de buscarlo por varios días y de la forma tan especial en la que su sobrina hablaba de él, Cedrick le agarró cierto cariño.

Eddie vuelve con Áine con un semblante relajado al igual que su tío, aunque la chica no sabe exactamente de qué hablaron sabe que las cosas terminaron bien.

El Lobo que soñó con ser Hombre - 1 y 2 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora