II - La cripta

232 43 17
                                    

Los primeros rayos de sol empiezan a tocar las copas de los árboles y Áine ya está de pie en la cocina, moviendo ansiosamente la punta de su pie mientras espera que Cedrick se termine de alistar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los primeros rayos de sol empiezan a tocar las copas de los árboles y Áine ya está de pie en la cocina, moviendo ansiosamente la punta de su pie mientras espera que Cedrick se termine de alistar.

No ha podido dormir bien. Su único pensamiento durante la noche ha sido: ¿Qué encontrará al volver a abrir aquella cripta? Ha llorado noches enteras solo por el hecho de tocar la llave que cuelga en su cuello, pero jamás se le ocurrió usarla para lo que fue hecha: para abrir la puerta.

Nunca tuvo el valor de volver a ver el cuerpo inerte de Eddie.

Quizá si lo hubiera hecho, si hubiera tenido el valor de entrar, se habría dado cuenta que su cuerpo no presentaba rigidez post mortem y una cosa la llevaría a otra para descubrir que seguía con vida.

Sin tener más tiempo de lamentarse, los tres se encaminan a la profundidad del bosque.

Cedrick lleva consigo su arma para protegerse de cualquier peligro. Brigitte carga una mochila con artefactos que le ayudarán con su misión y una lámpara de mano. Áine ha querido llevar con ella a Brodie, pero sabe que un cachorro inquieto solo entorpecería sus acciones, así que solo lleva con ella las enormes ganas de volver a ver al único hombre al que ha amado realmente después de tres meses de creerlo muerto.

Pasan por la que solía ser la casa de Eddie y Áine deja respirar por un segundo. Tampoco ha vuelto a abrir esa casa desde que sucedieron los asesinatos. Siente que el ver aquellas fotografías donde Eddie era solo un lobezno rodeando de su familia le hará tener sentimientos muy fuertes y desagradables, así que ha optado por no acercarse a las cosas que le puedan ocasionar eso.

Finalmente llegan hasta la gran puerta de hierro. Cedrick y Brigitte se detienen al lado y dejan a Áine, de pie frente a la entrada.

La chica sujeta la llave con una mano, pero está dudosa de quitársela del cuello. Tiene un nudo en el estómago, solo quiere terminar con todo eso.

Desde que conoció a Eddie, ha experimentado cosas que jamás creyó que fueran posibles de sentir y eso que le está sucediendo, es la emoción más grande de toda su vida. Ni siquiera cuando sus padres murieron sintió tantos sentimientos dentro de ella.

Se quita el collar y con sus manos temblorosas introduce la llave dentro del cerrojo de la puerta.

Antes de girarla se detiene.

—Y... ¿Si no encontramos lo que esperamos? —musita entre dientes con la mirada clavada en la puerta.

—No lo sabrás si no abres esa puerta —la alienta Brigitte.

Cedrick conoce a su sobrina, sabe lo que está sintiendo y como todo buen padre, se acerca a ella y acuna su mano sobre la de ella para juntos, girar la llave.

—Yo estaré contigo en cada momento —le susurra a la chica al escuchar el crujir del metal por el efecto de que la llave ha abierto la puerta.

Áine mira a los ojos a Cedrick y encuentra, en la sonrisa que le regala su tío, la seguridad que necesitaba. Abre la puerta completamente y aunque se quedan expectantes algunos segundos, entran uno a uno.

El Lobo que soñó con ser Hombre - 1 y 2 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora