VIII - La verdad

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Cedrick y Brigitte han ido a comprar municiones al pueblo

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Cedrick y Brigitte han ido a comprar municiones al pueblo. Han clavado tablones de madera en las ventanas del primer piso y han clausurado la puerta que da al patio trasero.

Eddie y Áine se han quedado en casa.

El chico ha estado callado toda la mañana, no entiende quién o qué es la bestia que vieron la noche anterior. Tampoco entiende la sensación extraña que tuvo al verlo. Mucho menos entiende porqué todos se han alarmado al verlo.

Después de desayunar con la chica, sumidos de nueva cuenta en el silencio, ella lo ha tomado de la mano y lo ha llevado hasta su habitación.

—Hay algo que debo mostrarte —lo sienta en la cama y saca, de un cajón, una fotografía—. Le he pedido a Cedrick que la traiga para poder explicarte algunas cosas.

Eddie le presta atención mientras ella se sienta a su lado y le entrega la fotografía.

—¿Quiénes son? —pregunta él.

—Estas dos personas, son tus padres —los señala—. Este pequeño lobezno... eres tú.

Lo dice sin más y la expresión de Eddie se desfigura al instante.

—Este es un perro —alega.

—En realidad, es un lobo —ella lo corrige.

—No comprendo nada —niega con la cabeza.

—Quería que supieras todo esto de poco a poco —se acerca a él para mirarlo con una mezcla de preocupación y ternura— y quisiera poder darte el tiempo que necesitarás para tu colapso nervioso, pero la situación amerita que te lo diga de esta forma —compone su garganta y lame sus labios antes de hablar—. Eres un lobo-hombre, Eddie.

Él la mira aún más desconcertado.

—Desde hace muchos años —continúa ella— Aberfoyle estaba habitado por una manada de lobos-hombres que vivían escondidos en el bosque. Tú perteneces a esa manada —se levanta y comienza a caminar en círculos frente a Eddie—. Cuando yo te conocí, eras un lobo. Sólo podías convertirte en hombre cuando había luna llena.

Eddie se toma unos segundos para procesar toda la información mientras observa la fotografía.

—El lobo que vimos anoche ¿Es de mi familia? —lo dice entre dientes y bastante preocupado. Cree que posiblemente esa sea la razón de todo el caos que se ha armado.

—No —espeta ella, con seriedad—. Tu familia murió hace algunos años. Tú eres el último descendiente de esos lobos.

—Y entonces ¿Qué me pasó? ¿Por qué no puedo recordar nada? —se pone de pie y con el ceño fruncido, la mira. Necesita con urgencia todas las respuestas sobre su identidad y no le está gustando lo que está escuchando.

Ella suspira, se toma un momento para acomodar sus ideas y empezar a explicar mejor las cosas.

—Una noche, cuando volvimos a casa, ese lobo que vimos anoche intentó atacar a Cedrick y asesinó a un chico que trabajaba con nosotros —lo toma de la mano y lo lleva hasta el balcón—. ¿Ves esa protuberancia en la tierra? —señala cerca del bosque y Eddie asiente—. Ahí enterramos a Fergus, el chico que murió ese día. Tuvimos que sepultarlo ahí para evitar problemas con la policía.

El Lobo que soñó con ser Hombre - 1 y 2 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora