Louis fue el primero en reírse y Emma comenzó a sentir pena de inmediato por la chica que cantaba. Después de dos líneas, a pesar de que había hecho un esfuerzo para no hacerlo, Nicole se rió también. Emma no quería estar en la piel de aquella chica que, a pesar de lo que sucedía a su alrededor, seguía cantando como si fuese una soprano conocida.
Había logrado colarse desde la sala de espera para ver los monitores y pudo presenciar de primera mano, cuando Simón levantó el brazo, indicándole al sonidista que cortara la pista. La chica sonreía orgullosa de sí misma y de nuevo, Emma no quería estar en sus pies cuando Simón hablase. No es que le tuviese miedo, pero lo tenía miedo. No era tonta, sabía que era un hombre simpático, o al menos eso parecía en la televisión, pero también sabía que podía ser cruel. Comenzaba a arrepentirse de estar ahí.
Ingrid la había arrastrado hacía allí, como solía hacer siempre. Y, como solía pasar siempre, Emma se dejó. Le había tenido que mentir a su padre, porque sabía, simplemente sabía que nunca aprobaría su decisión. Sabía que su padre la amaba, pero también sabía que nunca aceptaría su amor al arte. Emma había amado cantar desde que tenía memoria, pero terminó por aprender que el arte no era una opción saludable, hasta que Frederick apareció.
-¿Qué estás haciendo? - le susurró Ingrid, que se había aparecido a su lado de pronto.
-¡Me asustaste! ¿Quieres que me dé un paro cardíaco antes de audicionar? - le espetó, ligeramente molesta. Había sido muy asustadiza desde que David la había sorprendido en la sala con una máscara de Sream. Emma todavía recordaba la sensación de pánico que había sentido cuando tenía nueve años.
-No, eso sería muy difícil de explicar a tu padre - bromeó.
-Pobre muchacha, ¿no? - reflexionó Emma, cambiando de tema, volviendo a mirar los monitores.
-No entiendo por qué dejan que se presenten.
-Tampoco yo. Pensé que los productores pondrían algún tipo de filtro, pero solo me preguntaron mi nombre, mi edad y a qué me dedicaba.
-¿No te hicieron cantar?
-No.
-Eso es raro.
-Y esa es la razón por la que esa muchacha va a llorar en cualquier momento - puntualizó Emma.
-¿Ya es tu turno? - preguntó Ingrid, intrigada.
-No, faltan como cinco personas.
-Lo harás bien, Em. Naciste para cantar.
Sin embargo, cuando fue su turno de pisar el escenario, Emma pensó que había nacido para huir de ahí tan rápido como pudiese. No era el tipo de mujer valiente, reflexionó a cada paso que daba, no estaba para nada segura de lo que estaba haciendo. Oh, Dios, estaré en un buen lío.
Pero ya estaba ahí.
-Hola. ¿Cuál es tu nombre? - le preguntó Louis. Su mirada era brillante y amable y Emma trató de enfocarse en él y no en las miles de personas que estaban por detrás. No tenía idea cómo lo había hecho la gente que había pasado antes, pero ella estaba sencillamente aterrada. Podía sentir el peso del micrófono en su mano y cómo él se movía a la par de su temblor, así como las luces en su rostro.
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I don't have The X Factor
FanfictionEmma Smith es una mujer que después de sufrir varias pérdidas en su vida, se refugia en la música. Luego de varios años en silencio, sin reconocer su propio sueño, decide que por fin es momento de apostar a lo que siempre amó y se presenta a la au...