Max la había llamado esa misma mañana para avisarle que un auto pasaría a recogerla a la tarde. Al parecer, One direction no confiaba en sus habilidades en el metro, después de la última vez. Aquel día harían el live stream y al parecer, estaba lejos de lo que Emma había pensado en un primer momento. De hecho, había comenzado a hacer planes para ambientar su habitación del hotel, pero en cuanto el manager dijo que lo harían en una locación secreta, todos sus planes se desvanecieron.
Emma todavía pensaba como una youtuber y le costaría un buen tiempo acostumbrarse a toda esa planificación a la que no estaba acostumbrada.
Sospechaba, además, que a partir de entonces, su vida estaría completamente planificada por otros y no estaba segura si le gustaba esa sensación.
Habían pasado unos días desde la audición de la banda y Emma se encargó especialmente de que el ambiente entre ellos fuese familiar y ameno, invitándolos a almorzar. Había reservado una sala privada en uno de los restaurantes que conocía en Londres, que eran pocos. Eran catorce a la mesa y durante ese tiempo, Emma pudo aprender mucho de cada uno de ellos. A veces sólo un gesto al escuchar con atención, una mirada cómplice o una forma de pensar. Siempre había creído que un almuerzo era poco tiempo para conocer a alguien, pero pudo hacerlo a la perfección.
Había congeniado demasiado bien con Lucy, con Curtis, el saxofonista y con Adam, el baterista. Y luego estaba Sean, por supuesto. Emma sabía que, en retrospectiva, era probable que se arrepintiera de un par de decisiones, pero nunca se arrepentiría de Sean. De algún modo, él era su cable a tierra. Creía que no lo necesitaba, pero él la conectaba con Manchester, con la vida simple que solía llevar. Era un remanso de paz mantenerlo consigo durante el camino, recordándole sus orígenes, recordándole quién era.
-Tú tienes que contarme qué es lo que pasa entre Niall y tú - le pidió Lucy con una sonrisa cómplice. A pesar de que afuera el viento soplaba, la morena traía un vestido de verano de tela fina. Emma se preguntó si tenía sangre en las venas.
-¿Por qué todo el mundo piensa eso? - pensó en voz alta. Vittorio había sido el primero en molestarla con aquel tema y supo de inmediato que Lucy sería la segunda - no pasa nada con Niall. Ni siquiera lo conozco.
-Sí lo conoces - retrucó ella.
-Claro, por supuesto, pero no de esa manera profunda en la que conoces a un amigo, o incluso una pareja - contestó. En la otra punta de la mesa, Josué, Alan, Luke y Bob, el cuarteto de trompetas, discutían acaloradamente sobre una canción de Bon Jovi con Jude, el bajista.
-¿Admites que quieres conocerlo de ese modo? - insistió Rose, su corista pelirroja. Tenía una sonrisa accesible, ojos chispeantes y se deslizaba como una bailarina al caminar.
-No, chicas, en este momento no me estoy enfocando en el sexo opuesto. Estoy dedicada a la música. Sé que suena trillada la frase, pero es la verdad - les contestó.
-Es una pena - agregó Lucy con una sonrisa pícara - harían linda pareja.
Mientras se dirigía a la locación secreta a la que Max la había remitido y Londres pasaba por la ventana, Emma supo que aquella era la mejor decisión. De cierto modo, cantar Run to you en la competencia había purgado el dolor. Ya no se sentía culpable por vivir y si bien siempre extrañaría a Frederick, creía que estaba preparada para rehacer su vida. Sin embargo, aquel no era el momento. Un hombre que le pusiera la vida patas para arriba sería un obstáculo. Se tenía que dedicar a la música por completo.
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I don't have The X Factor
FanfictionEmma Smith es una mujer que después de sufrir varias pérdidas en su vida, se refugia en la música. Luego de varios años en silencio, sin reconocer su propio sueño, decide que por fin es momento de apostar a lo que siempre amó y se presenta a la au...