Capítulo 17: Harry Styles

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Se sentía cómoda en el hotel en el que se había instalado. Los desayunos eran buenos, las personas eran muy amables con ella y la limpieza de su habitación era impecable. Aún así, prefería el desorden y la soledad de su propia casa, siempre y cuando implicara dormir en su cama. Encontraba su cama muy cómoda, de modo que se enojó bastante cuando sonó su celular, interrumpiendo su descanso. Aún entre sueños se fijó qué hora era en el despertador de la mesa de luz. Diez y media de la mañana. Sí, parecía una buena hora para levantarse. Tomó el celular y miró la pantalla. Harry Styles la llamaba.

La noche anterior, el menor de sus jefes la había conducido hacia afuera con calma y conversaron unos minutos mientras el vallet parking le traía su auto de regreso. Emma reconoció de inmediato que el auto gris que se acercaba era un Porshe. No se sintió completamente cómoda subiéndose a él, no solo porque se trataba de un auto carísimo de alta gama sino porque, usualmente, si podía, evitaba subirse a cualquier auto. Pensaba que era maltratar el medio ambiente demasiado para su gusto. El dióxido de carbono contaminaba mucho el aire que respiraba y ayudaba a engordar el agujero en la capa de Ozono. Por regla general, si podía, andaba en su bicicleta o tomaba el metro.

-¿Dónde vamos? - preguntó él.

-¿Te molesta comer con las manos? - preguntó curiosa Emma, mientras procuraba no tocar demasiado la tapicería. No quería arruinar nada.

-Supongo que no, si es que tengo las manos limpias.

-Buena respuesta. ¿Alguna queja sobre la comida hindú?

-Supongo que tampoco. No pruebo muy seguido, pero creo que podré sobrevivirlo - bromeó.

De inmediato Emma le dio la indicación para llegar a un cómodo restaurante underground de comida hindú. No solía ir mucho, pero le gustaba el ambiente que allí se generaba.

-¿Te piensas quedar mucho en Manchester? - preguntó ella mientras rebuscaba en su cartera.

-No, no, me iré mañana. Acuérdate que tenemos que estar en el estudio el lunes.

Emma sacó de su cartera un par de chatitas negras y las cambió por los zapatos de taco. Sabía que él la estaba mirando, pero no dijo nada, lo que ella apreció. Volver a sentir los pies sobre la tierra era bastante reconfortante. No había nacido para los tacos.

-¿Qué más escondes ahí? - bromeó él, mientras doblaba en una esquina.

-Narnia - soltó con seriedad. Harry soltó una carcajada y Emma pensó con sinceridad que era un sonido muy bonito de escuchar.

-¿No se supone que se esconde en un armario?

-Pues sí, pero esta es portátil - respondió con rapidez.

-Eres graciosa - reconoció él.

-Gracias, supongo - Emma sabía que tenía ingenio, contestaba rápido y muy a menudo, era lo suficientemente distraida como para generar risas en el interlocutor.

-¿Por qué un Porshe? - no pude resistirse a preguntarle, un par de manzanas después.

-¿Por qué no? - en realidad, se le ocurrían varias razones por las que no compraría un auto de alta gama, pero se tragó sus palabras.

-Es muy caro. Muy caro - remarcó, pero de inmediato se dio cuenta que no era caro para él. No cuando tenía unos cuantos millones en su cuenta bancaria. De pronto esa realidad la golpeó con fuerza y se sintió ligeramente intimidada.

-No es tan caro en comparación con otros y realmente me gusta - Emma no podía reprocharle nada sobre gustos. Ella también tenía gustos raros que los demás no entendían por completo - además, me gusta pretender que soy James Bond.

I don't have The X FactorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora