I don't have The X Factor

Capítulo 6: Crazy in love

-Bueno, Simón Cowell me odia - comenzó a hablarle a la cámara. Era martes a la tarde, después de su ensayo vocal vespertino y George, uno de los productores, le había pedido que hablara sobre lo que había sucedido en la gala anterior y cómo iba sucediéndose su semana - no es una novedad. Ni para mí, ni para ustedes, supongo. Pero esta semana haré una canción de Beyoncé, y les aseguro que voy a rockear The X Factor, haciendo algo completamente diferente a lo que suelo hacer. ¿Me escuchas, Simón? Sí, eso es parta ti, querido.

-Respecto a lo otro, no creo que haya mucho más para agregar. Lo dije porque lo sentí así, lo siento así y estoy segura de que varios millones de personas lo sienten así. El arte sana. No importa si es música, clásica, rock, lo que sea. No importa si es pintura, óleo, acrílico. No importa si es escultura, piedra caliza o mármol. El arte sana. Se los puedo asegurar.

-No me gusta hablar del tema, pero después de que Frederick murió, bueno, tuve momentos muy duros, depresivos. Que me caiga un rayo ahora mismo si miento, la música fue lo único que me sacó de ese lugar. Escuchaba música todo el día, toda la noche. Siempre me encontrabas con los auriculares puestos. Desde el más clásico jazz, hasta The Beatles, One direction, Whitney. Escuchaba cualquier cosa que pasaba por mis manos. Juro que eso me ayudó.

-¿Cantar no? - preguntó curioso George.

-Bueno, es curioso, porque después que él falleció no pude cantar una sola nota. Simplemente no me salía la voz. Solía cantarle a él todo el tiempo y Frederick siempre decía que era muy talentosa, pero cuando murió, fue como si mi voz se hubiese ido con él. La primera vez que canté de nuevo fue en la primera audición, y en realidad es muy gracioso, porque canté una canción de One direction y él los odiaba - y rió, recordando lo acaloradas que se ponían sus discusiones cuando el grupo de pop entraba en medio.

-Cuéntanos acerca de los tweets de One direction - pidió George, volviendo a adoptar una pose profesional.

Emma se ajustó los lentes, que la obligaban a sacarse en cada presentación, y se mordió el labio, de pronto emocionada.

-Bueeeeeeeeno - comenzó, divertida y con una gran sonrisa - Liam y Louis me mencionaron en un tweet y les juro que estaba alucinando. Louis, Liam, si están mirando esto, por favor, ¡follow me! No, hablando en serio, estoy muy emocionada porque, en primer lugar, me hayan visto y porque les haya gustado. No podría poner en palabras lo que eso significa para mí y ¿encima les gustó lo que hice? ¿Lo que dije? Pf, es demencial para mí, en serio. Apenas puedo creer lo que está pasando.

El miércoles ensayó literalmente todo el día. La coreografía era difícil, y el hecho de hacerla con zapatillas, le facilitaba mucho la amplitud de movimientos, así que quería que fuese perfecta, por lo que se dedicó a ello con muchas ganas, queriendo agradarle a Simón con su esfuerzo. Entendía lo que él había dicho y entendía que, en cierta forma, era verdad. Emma solía cantar canciones únicamente de jazz, soul o blues. Era lo que le gustaba y si bien solía tararear por lo bajo alguna canción pop, nunca se cuestionó cantarlas en serio. Eso era verdad. Seguía sin entender, sin embargo, por qué un artista debía tener variedad de género musical si siempre cantaba lo mismo. Realmente nunca había visto a Eminem cantar una balada. No lo comprendía, pero aún así le había parecido que el modo de hacérselo saber que tuvo Simón era muy duro, además de que dejaba entrever su problema personal con ella. No sabía si era piel, falta de química o qué, pero no le caía bien a Simón Cowell.

Agradarle a Simón no era el único motivo por el que se esforzaba. Había quedado entre las dos peores presentaciones de la gala y Tulisa había tenido que elegir entre ella y Sarah. Tulisa la había elegido, claramente, pero la sensación de pérdida había sido tan grande como para no querer sentirla de nuevo. No quería ser de las últimas de nuevo. Emma solo quería brillar y sabía que el único modo de hacerlo era esforzándose más.