The Princess

⚘CHAPTER FIVE⚘

[RUPTURA]

Bells sentía culpa por haber dejado plantado a Carlos ayer, ella lo quería mucho y si, Carlos tenía razón, no le estaba dando la prioridad que merece y lo a estado haciendo sentir como si no fuera importante.

Bells pensó en lo que Carlos le dijo todo el día, si tan solo se volviera parte de la corte tal vez tendrían más tiempo para estar juntos asistiendo a juntas, haciendo contratos, etc. Pero tampoco quería presionar a Carlos con tanto trabajo, tal vez no le gustaría formar parte de ello y solo quiere ser un chico normal.

Bells iba a ir a hablar con Carlos sobre unirse como caballero de la corte, canceló todas sus citas y fue a Auradon Prep solo para estar con Carlos y pedirle disculpa por todo lo sucedido.

Durante todo el camino iba preparando lo que le diría, sentía los nervios de punta, no sabía cómo preguntarle, ¿qué tal si su respuesta era no? Quedaría como tonta. Al llegar frente a la puerta se aclaró la garganta, tomo aire y justo cuando iba a tocarla escuchó dos voces del otro lado de la madera.

– ¡Claro que si! ¡Si quiero ser tu novia!

La castaña frunció el ceño y pegó su oreja a la puerta, esa sin duda era la voz de Jane.

Pero, ¿que demonios hacía Jane en el cuarto de su novio?

– te amo Jane– respondió la voz de Carlos.

Bells no pudo aguantar más y entró a la habitación y se llevó la grande sorpresa de que Jane y Carlos estaban abrazados.

– ¿¡Carlos!?– lo llamó la princesa.

El ya nombrado rodó los ojos al escuchar la voz de la consejera real, Jane se separó del abrazo de su nuevo novio y miró a Bells con cara de mustia.

– ¿que sucede aquí?– preguntó Bells aún sin entender nada.

Jane miro a Carlos y lo tomo de las manos.

– te dejo que le expliques todo, ¿esta bien?– Carlos asintió, la pelinegra depósito un beso en la mejilla del peliblanco y salió de la habitación no sin antes dedicarle una sonrisa victoriosa a la hermana del rey.

Bells se quedó esperando respuesta.

– ¿qué haces aquí Isabella?– preguntó Carlos con frialdad.

– ¿Isabella? ¿Desde cuando me dices así, Carlos?– Bells estaba parada a unos cuantos metros del de pecas, su cara tenía una expresión de confusión.– venia a disculparme sobre lo qué pasó ayer y a decirte que...

– no tenemos nada de que hablar– la interrumpió Carlos– pero que bueno que llegaste, así me ahorras la molestia de ir a tu castillo– confesó Carlos con desprecio.– ya no quiero tener nada contigo.