⚘CHAPTER FOUR⚘

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[HECHIZOS Y ROBO]

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[HECHIZOS Y ROBO]

Bells se encontraba junto a Mal en el patio del castillo de Evie, la pelimorada le acababa de confesar que no pudo decirle la verdad a Evie y que ella piensa que todavía seguirán entrando a la Isla por los demás chicos.

— no puedo imaginar lo difícil que a de ser para ti tener que mentirle a tu mejor amiga— dijo la princesa en cuanto Mal terminó de contarle lo sucedido.

— no puedo mirarla a los ojos y decirle "sabes que, el programa se canceló, no iremos nunca más por los chicos y no volveremos a ver a nuestros padres"— dijo Mal con ironía.

— será mejor que digas que fueron mis padres quienes nos obligaron a acceder— sugirió la castaña.

Mal la miró boquiabierta.

— ¿quieres que mienta?

Bells asintió.

— ¡eso no es lo correcto! Sabes que me a costado mucho dejar el mal en mi pasado y...

— las mentiras no son malas, aveces mentir puede ahorrar muchos conflictos...— respondió Bells mientras le daba un sorbo a su malteada.

Un silencio se generó por unos momentos, en ese instante Mal recapacitó y comprendió que la princesa tenía razón, mentir podría salvarla de una disputa con su mejor amiga.

— creo que tienes razón... si no se entera no le hará daño...

— ¿dañó? ¿Como el que ustedes me hicieron a mi?— preguntó una tercera voz a sus espaldas haciendo que ambas chicas voltearan rápidamente un poco exaltadas.

Justo detrás de ellas se encontraba Audrey con una mirada de odio hacia el par.

— ¡esto debe ser una broma!— dijo Mal con asombro al ver que la morena portaba los objetos robados en el museo.— ¿qué haces con la corona y el cetro?.

Bells se encontraba quieta a un lado de la pelimorada, no sabía que hacer ni cómo reaccionar, jamás se había imaginado que la princesa a la que alguna vez llamó "mejor amiga" cometiera un crimen tan atroz como un robo.

— las quería y las tome... tu mejor que nadie entiendes eso— respondió Audrey mirando el cetro de la madre de la pelimorada.

Audrey hizo un movimiento y tomó el cetro junto a ella, fue entonces cuando Bells reaccionó y las únicas palabras que pudo decir fueron:

— ¡No Audrey, eso es muy peligroso!— gritó preocupada frenando a la pelirosa de lo que iba a hacer.

A pesar de que ya no eran cercanas, Bells no podía evitar preocuparse por ella.

— ¡no es un juguete, es peligroso!— ahora fue Mal quien hablaba.

— ¡quiero ser peligrosa!— respondió en voz alta la ahora villana acercándose lentamente a Mal.— mi vida era perfecta y me la quitaste... y tu— ahora se dirigía a la castaña— me dejaste sola cuando más ocupaba de ti— en la voz de la chica podía oírse la tristeza y recelo, pero después recupero la compostura.— y luego Auradon me dio la espalda.

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