Jason podía sentir los dedos del cazador aferrarle con fuerza alrededor de su estómago. Contrario a los días anteriores, Zaine apoyó su pecho contra la espalda de Jason en un gesto protector. El mercenario, habituado a pretender, tuvo fácil ocultar su desconcierto.
No estaba acostumbrado a que otros quisiesen cuidarle. Ese era su papel.
Su rol como líder.
Una ley grabada en piedra desde que demostró ser el recluta más fuerte que alguna vez tomó Estigia.
Uno de los pocos que consiguió fugarse y nunca regresar.
Ver a alguien más, quien claramente estaba aterrorizado de estar allí, cubrirle la espalda frente a un escuadrón de soldados a galope era una experiencia nueva.
Jason observó los alrededores.
June dirigía a su Lobo de Cenizas delante de ellos, guiando al escuadrón en cuyo centro Noche caminaba tranquilamente. Su chica estaba tan adaptada a la presencia de los cánidos que ni siquiera reaccionaba cuando pasaban por su lado.
Pero Zaine no sabía que él había hecho esto antes.
Al mirarle por encima del hombro, el mercenario vio un entrecejo fruncido. Los ojos dorados del cazador estudiaban a los hombres en armadura. Evaluándoles de uno en uno. Como si calculase las oportunidades que tendrían de escapar si lo necesitaran. Y por la presión de sus dedos, supo que dudaba de sus posibilidades.
Jason sabía que el joven tenía buen juicio. Para ellos dos sería pan comido matar a los soldados a sangre fría. Ninguno tenía una mutación exitosa. Y sin poderes que les resguardaran, dependían de sus monturas para ascender en la armada de Estigia.
El problema eran los perros.
Bestias tan altas en el libro de casa como su propia pantera. Los lobos no podían correr tan rápido como ella, pero tenían mayor resistencia en tramos cortos. Solos no eran rivales para su chica. Pero en una jauría, Noche no tendría oportunidad.
Menos cargando con ellos y una carreta.
Liberó una mano de las riendas de Noche, dejándola descansar sobre los dedos que rodeaban su cintura. Se sorprendió de encontrarlos helados y empapados en sudor.
"Sunshine" pensó "¿Qué pasó contigo para que estés tan asustado de tu propia gente?"
Vio los ojos de Zaine abrirse en sorpresa. Por primera vez desde que aparecieron los militares, los iris ámbar alcanzaron el rostro de Jason y su expresión confundida evocó las palabras de Kaya.
"¡Puede no ser de Caronte en lo absoluto!"
Jason acarició con sus dedos las manos heladas de Zaine. Masajeándolas en un gesto demasiado suave para haberle salido espontáneamente.
– Está bien Sunshine – le dijo casi en un susurro. – Estoy aquí.
Y aunque solo duró un instante, sintió el cuerpo masculino relajarse.
Zaine se inclinó hacia adelante, apoyando la barbilla en el hombro del mercenario.
– Corres tanto peligro como yo. – contestó, y el bajo tono ronco erizó los vellos de la nuca de Jason.
No sabía cómo contestar ante eso. Que alguien se preocupase por él, que estuviese asustado por él y no de él, era una sensación desconocida. Aunque sabía que Kaya, Amal, Aineris e incluso Kyde le apreciaban, nunca habían manifestado ese tipo de pensamientos. Ellos sabían quién era Jason. Lo fuerte y despiadado que podía ser. Y la idea de que pudiese ser derrotado jamás les pasaba por la cabeza.
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Crónicas de la Superficie: Los Condenados
RomansaEn un mundo donde la tierra ha sido consumida por la decadencia y la muerte, Zaine persiste en su lucha por sobrevivir. Tras ser perseguido por soldados de una civilización más avanzada a través del interminable desierto, el cazador busca refugio en...